Día Nacional de la Aviación Civil
Luis Franco
Investigador Asociado de Fundación Atlas. Licenciado en Ciencias Políticas, magíster en Economía y Ciencias Políticas por Eseade. Ex asesor en la Cámara de Diputados de la Nación.
“La vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser”
(Barranca Abajo, Gardel y Le Pera)
Hoy, 5 de noviembre, es el Día de la Aviación Civil.
La fecha recuerda el nacimiento de Don Aarón Félix Martín de Anchorena a quien
se considera el primer piloto de la Argentina. Él y Jorge Alejandro Newbery
–ambos civiles– junto a otros entusiastas, fueron quienes dieron los primeros
pasos de la actividad aérea argentina. Aquellos hombres visionarios pensaron en
grande y fundaron el Aero Club Argentino en 1908, la institución madre de la
aviación civil y militar del país que hoy casi no existe.
La aviación
civil argentina es muy compleja, pero orgánicamente podemos segmentar su
evolución en cinco etapas: 1. el inicio civil ya mencionado; 2. el control
militar; 3. la creación de Aerolíneas Argentinas; 4. el recrudecimiento de la
militarización y 5. la transferencia del control a entes civiles.
A poco de nacer la aviación mostró su potencial
bélico, por eso tuvo un creciente protagonismo en las dos guerras mundiales y se
militarizó en casi todos los países del mundo excepto algunos que supieron
preservar una organización civil que la administrara de forma independiente.
En la Argentina el control castrense del sector fue contundente
a partir de 1945, año en que se creó la Secretaría de Aeronáutica (Decreto 288/45)
que subordinó a la aviación civil a la recientemente creada Fuerza Aérea
Argentina, bajo la concepción doctrinal
de que el poder aéreo de una nación
era uno solo e indivisible.
En 1947, en pleno auge del peronismo y su brazo
gremial, se crearon los primeros sindicatos aeronáuticos. Tanto la visión
militarizada de la aviación como creación de gremios únicos anticipaban el
sentido corporativo del régimen que se plasmaría en la Constitución de 1949. La
posguerra profundizó la perspectiva ideológica y no faltó la decisión de
establecer un sistema nacional de transporte aéreo que se cristalizó con la
creación de Aerolíneas Argentinas en 1950.
Con un país que aún transitaba la prosperidad hubo
políticas de fomento a la aviación y crecimiento, esa política abarcaba desde
la enseñanza de aeromodelismo en las escuelas hasta la defensa aérea.
En 1968, durante la denominada Revolución Argentina,
la aviación civil volvió a sufrir otra reorganización al crearse el Comando de
Regiones Aéreas que la administraría como autoridad, lo cual agudizó el control
militar.
Mientras la
Fuerza Aérea Argentina administró la aviación civil, la actividad sindical estuvo
parcialmente controlada. A modo de ejemplo, Aerolíneas Argentinas fue presidida
por militares desde su fundación hasta 1983 y fue en la centralidad de esa
empresa que los gremios aeronáuticos se consolidaron.
A partir de 1983 los sindicatos aeronáuticos se
sumaron a los paros generales que organizó la CGT contra el Presidente Raúl
Alfonsín. En ese entonces, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA),
creada en 1963, ya tenía preponderancia en el quehacer de la aviación civil.
Las luchas sindicales siempre fueron contra la apertura del mercado aeronáutico
y, en menor medida, a favor de temas salariales.
En democracia
la civilidad aeronáutica se organizó en pos de una idea fuerza: que la aviación
civil dejara de estar bajo la administración de la Fuerza Aérea Argentina. En
aquellos tiempos se organizaron congresos y seminarios en donde se expusieron diversas
concepciones de política aeronáutica a adoptar.
Con el gobierno peronista de Carlos Menem se
procedió a la privatización de los servicios públicos incluida Aerolíneas
Argentinas y una parte de los aeropuertos del país. Algunos procesos fueron muy
positivos y otros no, tal el caso de línea aérea de bandera. Para las reformas el Presidente Menem contó
con el respaldo del peronismo, incluido el aparato sindical.
Luego de una
serie de desprolijidades de la Fuerza Aérea en la administración de la aviación
civil, el 15 de marzo de 2007 el Presidente Néstor Kirchner creó la
Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). La medida fue festejada por
la comunidad aeronáutica, pero la ausencia de una política integradora para la
aviación civil llevó a que se produjera una transición desordenada que
sobredimensionó la burocracia desoyendo las recomendaciones de convocar a
especialistas para la delicada gestión que se tenía por delante. Años
después, en 2015, al final del gobierno de la Dra. Cristina Fernández de
Kirchner, se creó la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA S. E.) que
asumió la responsabilidad de brindar los servicios de navegación aérea con una
visión estatista a contramano de la experiencia mundial.
En tiempos más recientes, durante la Administración
del ingeniero Mauricio Macri, se dictó una política aerocomercial denominada
“Revolución de los Aviones” que abrió moderadamente el transporte aéreo a la
competencia con significativos resultados de crecimiento en materia de pasajeros
e inversión en infraestructura aeronáutica, pero sin una visión holística ni
mayores reformas a la ANAC y EANA. A los cambios se opusieron agresivamente los
sindicatos peronistas.
Al largo
período de control militar de la aviación civil se lo puede criticar con
severidad por muchos motivos pero existió lo que los militares llaman “unidad
de comando”. En ese sentido, la aviación civil bajo administración militar
mantuvo una autoridad aeronáutica poco flexible pero ordenadora. Con las
modificaciones derivadas de la improvisación política a lo largo de varios
gobiernos, sumada a la explosión anacrónica y combativa de los gremios, la
aviación civil vivió lo que especialistas de la talla de Pablo L. Potenze y
Gustavo Marón denominaron la “desintegración de la autoridad aeronáutica”. El
resultado de todo eso es un presente caótico y
peligroso signado por
una degradación de la ANAC nunca vista por lo errático e irresoluto de una
conducción subordinada a los dictados de gremios y presiones de la
hiperdeficitaria aerolínea estatal que afecta al sector del trabajo aéreo por
el acoso sindical, dificultades para importar repuestos e insumos y
prohibiciones que reflejan cada vez más angustiosamente la carencia de una
política aeronáutica.
Hoy es el Día Nacional de la Aviación Civil, pero
casi no hay nada que festejar.
Publicado en diario Perfil.
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