Echenique contra Musk
Juan Ramón Rallo
Director del Instituto Juan de Mariana (España) y columnista de ElCato.org. 



Las funciones de los impuestos son supuestamente financiar la provisión de bienes públicos y redistribuir la renta dentro de una sociedad. Nos podrán convencer más o menos esos dos cometidos pero al menos tienen algún sentido. Lo que hasta ahora no se nos había dicho es que algunos políticos parecen estar planteándose dotar a los tributos de una nueva función: la punitiva.
Expongamos los antecedentes. Hace unos días, el senador demócrata de EE.UU. Bernie Sanders publicó un tuit en el que afirmaba que: “Debemos exigir que las personas extremadamente ricas contribuyan con una porción justa a la sociedad”. Ante semejante petición de nuevo sableo fiscal, Elon Musk respondió sardónicamente a Sanders de la siguiente guisa: “En ocasiones se me olvida que estás vivo. Si quieres que venda más acciones sólo tienes que decírmelo” (recordemos que cada vez que Musk vende acciones paga impuestos sobre sus ganancias patrimoniales). Dejando de lado el discutible gusto de Musk a la hora de bromear con la provecta edad de Sanders, me parece muy sano para una sociedad que los ciudadanos no les tengan miedo a los políticos y muestren cierta irreverencia cuando éstos proponen atacar sus derechos individuales más básicos. Al menos que podamos patalear.
La historia podría haberse quedado ahí pero, al parecer, hubo en España alguien al que las palabras de Musk le molestaron más que al mismo Bernie Sanders: me refiero al ex secretario de Organización de PodemosPablo Echenique. En respuesta a la reacción de Musk, Echenique escribió: “La democracia tiene que servir para disciplinar a los multimillonarios prepotentes a base de impuestos o no servirá para nada”. Es decir, que los impuestos deben emplearse para castigar a aquellas personas irreverentes y prepotentes que se ciscan de los supremos gobernantes, a quienes imagino que deberíamos rendir pleitesía cuál casta de dragones celestiales. Para Echenique, si la democracia no sirve para cerrarles la boca a estos millonarios que dicen cosas inconvenientes, entonces… ¿no sirve para nada? ¿Está Echenique diciéndonos que la democracia sólo sirve para materializar los caprichos más liberticidas de nuestros gobernantes? ¿Para que nos postremos ante sus pies? Deben de creerse los dueños del cortijo y deben de considerar que nosotros somos sus siervos: quien no obedece, impuestazo hasta que aprenda. Aspirantes a autócratas.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 17 de noviembre de 2021 y en Cato Institute.

 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]