Perú: La inflación más alta en veinte años
Iván Alonso
Obtuvo su PhD. en Economía de la Universidad de California en Los Ángeles y es miembro de la Mont Pelerin Society.


En el segundo trimestre del 2020 hubo una rápida expansión de la liquidez del sistema financiero (de las “sociedades creadoras de depósitos”), que continuó el resto del año. Con los rezagos usuales, esa mayor liquidez se ha diseminado por la economía, aumentando el poder nominal de compra y empujando hacia arriba los precios.
Es verdad que ha habido un aumento de la inflación en todo el mundo, pero en todo el mundo ha habido una rápida expansión de la liquidez. Por eso todos los bancos centrales están subiendo las tasas de interés.
Es verdad también que los precios internacionales de los alimentos y los metales han estado subiendo desde hace más de un año, y los del petróleo, en los últimos meses; lo que no quiere decir que la inflación sea importada. Hay razones específicas para esas subidas: malas cosechas, la guerra, la escasez de contenedores etc. Pero ésas son razones para el aumento de los precios relativos, o sea, de los precios de esos productos comparados con los de otros; no para un aumento generalizado de precios, que es lo que se llama inflación.
La expansión de la liquidez a partir del segundo trimestre del 2020 obedeció a las medidas adoptadas para enfrentar la pandemia, principalmente al programa Reactiva Perú. El banco central inyectó 50.000 millones de soles para mantener a flote a miles de empresas que estaban en peligro de hundirse y a otras que simplemente decidieron flotar a sus expensas, aprovechando las ínfimas tasas de interés a las que se colocaron los fondos. Salvo por esos casos, la medida era necesaria, aunque habría sido menos necesaria si el Ministerio de Trabajo hubiera sido más realista y menos puntilloso en la aprobación de las solicitudes para la suspensión perfecta de labores y si el gobierno hubiera permitido que los trabajadores afectados por esa figura legal retiraran en ese momento sus Compensación por Tiempo de Servicio (CTS), que justamente existen para cuando se interrumpe la relación laboral. Menos empresas habrían estado urgidas de capital de trabajo y menos liquidez, por lo tanto, se habría tenido que inyectar. La inflación no estaría hoy donde está.
Felizmente la expansión de la liquidez se frenó desde inicios del 2021. Eso hace pensar que la inflación se moderará en los próximos meses, aunque difícilmente los precios volverán donde estaban antes de la pandemia; sólo dejarán de subir. Uno esperaría, más bien, que los sueldos nominales comiencen a subir para recuperar una parte del terreno perdido.
Es poco probable que este episodio dañe la credibilidad ganada por el Banco Central de Reserva del Perú a lo largo de los años como garante de la estabilidad monetaria. Por razones, en nuestra opinión, equivocadas, la gente no lo hace responsable por este aumento de la inflación a un nivel que no habíamos visto en más de 20 años. Pero si bien ha tenido un rol activo en lo que consideramos las verdaderas razones, éstas se explican por un acontecimiento imprevisto e irrepetible. Ahora tendrá que demostrar que así fue.

Publicado en Cato Institute.

 

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