Política espacial
Carlos Rodríguez Braun
Catedrático, Universidad Complutense de Madrid. Miembro del Consejo Internacional de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


A finales de junio, poco antes de la celebración de la cumbre de la OTAN, el Gobierno anunció que el Ejército del Aire se llamará también “del Espacio”. La portavoz, Isabel Rodríguez, aclaró que se trata de una “apuesta estratégica”.
En general, conviene tener cuidado con las apuestas de los políticos, porque jamás se juegan en ellas su dinero. Pero, en este caso, cabe dudar sobre cuál es la estrategia, si espacial o política. De hecho, esto tiene ya su pequeña historia. En mayo de 2021, el diario Expansión informaba: “El Gobierno quiere crear una Nasa española. El director del Gabinete del presidente del Gobierno, Iván Redondo, ha anunciado la creación de la Agencia Espacial Española”. Que la cosa tenía sus matices quedaba ilustrado por lo que decía a continuación: “una propuesta sobre la que el ministro Pedro Duque ha planteado sus reservas”.
La idea, que se remonta al año 2015, suscitaba dudas razonables al astronauta entonces ministro de Ciencia: “Llevo muchos años haciendo reflexión sobre si en España estamos en el punto de si necesitamos una agencia espacial española que complemente a la agencia espacial de España, que es la europea”, había declarado en marzo de 2021: “Siempre se pueden crear más estructuras, pero da un poco de miedo; crear muchas estructuras públicas no siempre es la solución a las cosas; pensamos que, de momento, vamos a quedarnos como estamos”. Tal y como defendió Duque, prácticamente toda la inversión que se hace en España en el área de investigación y desarrollo en el ámbito espacial procede del Ministerio de Ciencia e Innovación a través de las contribuciones que hace el Gobierno a la Agencia Espacial Europea.
Cierto es que los popes del antiliberalismo machacan con la necesidad de aumentar el gasto público, es decir, los impuestos, en las inversiones espaciales –es el caso de la profesora Mariana Mazzucato. Pero, por dudosos que sean sus argumentos, la politización del espacio es indudable, y llega a extremos ridículos. ¿Qué cree usted que anunció hace algunos meses la Generalitat de Cataluña? Pues, sí, señora, claro que sí: que iban a crear una agencia espacial catalana, que al parecer es lo que el pueblo catalán está demandando. La cosa está presupuestada en 18 millones de euros para cuatro años y, naturalmente, es público-privada, no vayamos a creer que son unos antiguos.
Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 26 de julio de 2022 y en Cato Institute.

 

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