Faltan dólares y sobran pesos, escasean empleos productivos y abruman los improductivos
Enrique Blasco Garma
Economista.


La dirigencia política es la responsable de la decadencia económica en plena democracia. De los siete países vecinos, el ingreso promedio real de los argentinos fue el único que se derrumbó entre 1980 y 2021, y la tendencia no cambió.
Hay carencia de precios y normas estables. Las seguridades de comerciar constituyen el centro neurálgico de las transacciones interpersonales. Sin embargo, en ausencia de fondeo legislado. El Banco Central de la República Argentina sorprende emitiendo dinero excesivamente. En consecuencia, sobran pesos y escasean bienes.
En efecto, los potenciales proveedores restringen ventas y producciones, estimando costos de reposición superiores a los precios de venta presentes. Lo mismo ocurre con el dólar. Quienes desean la divisa al cambio regulado oficial demandan más que lo ofrecido por el BCRA, que establece cupos a los privados. En tanto, excusa de cupos a empresas públicas y funcionarios encumbrados; Aerolíneas Argentinas y otras que compran a voluntad.
A quienes les “queman” los pesos sobrantes los gastan velozmente, contrayendo la demanda de dinero. Las tenencias de pesos pierden valor y los precios van cambiando a ritmos diferenciales. La fantasía de algunos economistas que creen que si todos los precios cambiasen a igual velocidad la inflación no sería dañina, es falaz. La inflación inexorablemente deprecia el valor de las tenencias de dinero y de varios activos nominales. Contrariamente al sueño neoclásico, la información individual es inevitablemente insuficiente y diferenciada.
Inflación anual promedio 2016-2022
La inflación torna inciertos los precios, altera referencias, desorganiza las actividades y pierde eficiencia, empobreciendo al conjunto. El dinero pierde su función de reserva de valor y unidad de cuenta del sistema.
Escasean empleos productivos pues las mayores oportunidades que podría ofrecer el sector privado se pierden por estar abrumado con impuestos y trabas innecesarias. Mientras el Estado agobia con empleos improductivos. La consecuencia es ingresos inferiores a los potenciales. Este desbalance impulsa pérdidas de competitividad y empobrece.
En síntesis, la dificultad mayor es de coordinación. Se carece de precios conocidos en el tiempo, se padecen gastos y arbitrariedades forzadas por políticos que impiden producir bienes valorados. La inflación, los cepos, tipos de cambios múltiples contrarían la Constitución Nacional, marcando el ocaso de las libertades y derechos.
¿Quién es el responsable? Los políticos que deciden gastar por encima de lo acordado en el Presupuesto, con impuestos y demás contribuciones, como manda la Constitución, y especulan coaccionando con gabelas y erogaciones no deseadas por la sociedad para favorecer a partidarios. La excepción honrosa fueron los once años de la Convertibilidad, 1991-2001, bajo las presidencias de Carlos Menem y de Fernando De la Rúa, interrumpida por la pérdida de confianza y los tumultos.
Pérdidas de oportunidades
Varios Estados despilfarraron el “boom” de los precios internacionales de las materias primas.
Como se ve en el gráfico, la Argentina es el país de la región donde se expandió más el gasto público en valores reales, y el único que contrajo el Producto Bruto por habitante.
De los países vecinos, Argentina es el único que contrajo el ingreso por habitante en dólares en valores reales. En 2021, los argentinos conseguían menos del 40% del ingreso por habitante de 1980. Por el contrario, los demás vecinos habían multiplicado sus ingresos entre 1,2 y casi 2 veces; con una tasa real acumulativa positiva.
El cuadro que sigue indica las veces que el PBI por habitante en la Argentina superaba al de cada país, en 1980 y 2021, y explica por qué comienza a observarse un cambio en el flujo migratorio, al punto que ahora Uruguay y Chile exhiben los mayores niveles de ingreso medio por habitante en la región.
El cuadro que sigue indica las veces que el PBI por habitante en la Argentina superaba al de cada país, en 1980 y 2021, y explica por qué comienza a observarse un cambio en el flujo migratorio, al punto que ahora Uruguay y Chile exhiben los mayores niveles de ingreso medio por habitante en la región.

Publicado en INFOBAE.




 

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