Captagon: Próxima parada Latinoamérica
Laura Etcharren
Socióloga e investigadora. Especialista en narcotráfico y organizaciones criminales.


Mientras la DEA trafica lucha, los narcotraficantes consagraron el mercado sintético en el mundo y transformaron drogas legales en ilegales.



Lejos de ser una droga más, captagon es vendida por los medios de comunicación como la droga de los yihadistas por ser Siria, entre otras cosas, el centro de producción.

Con efectos similares al consumo de anfetaminas, dicha droga se transformó en el motor de Oriente Medio que permite especular, con Siria, como un Narco Estado. Una etiqueta basada en un equilibrio entre la información y la especulación que estigmatiza por si acaso. 

Un estimulante peligroso del sistema nervioso central que se expande mundialmente ante un consumo que creció voraz durante la pandemia. Consumo que no encuentra continentes de prevención y concientización acordes a la dinámica criminal sustentada, por el lavado de activos pero también, por la demanda. Dos dimensiones transformadas en la columna vertebral del crimen organizado en sus diversas expresiones delictivas. 

De acuerdo a fuentes europeas consultadas, dicha droga sería una de las tantas fuentes de ingreso del Estado Islámico. Algo que no sorprende cuando las alianzas entre el Narcotráfico y el Terrorismo son un hecho y no un concepto límite. 

Éste tipo de droga, como su pulsión natural, busca ampliar su territorio. Europa es un punto, pero también lo es América Latina. Sucede, que la presencia Magrebí en el continente, tiene probadas conexiones en el norte de África en su pata marroquí. Una ruta y una red de alianzas en donde el hachís afgano ya hizo sus primeras y selectas incursiones.

Una presencia que dejó su impronta en el tipo de formación de algunas redes de las fronteras Latinoamericanas. Jóvenes que deciden formarse en las lineas del crimen organizado y buscan la metodología internacional. Austera, poco divisable, pero efectiva. 

Tres puestos claves en el armado de estas bandas con génesis magrebí. Especialmente, con influencia marroquí. Sujetos que se entremezclan con el acento colombiano. También mexicano. Todos en la búsqueda de una parcela. En la venta de algo que sea pantalla del tráfico. 

Puestos indispensables para una organización efectiva y poco ampulosa. 

• Guetteur. 

• Nodriza. 

• Kaláshnikov. 

El primero es el vigilador. El equivalente al tero de Córdoba o al campana de Buenos Aires. La segunda, es la madre joven sin marido. La encargada de almacenar la droga. De acopiar la sustancia y en algunos casos, también la tenedora voluntaria de armas. 

El tercero es el sicario. Muchas veces con el rifle tatuado. En otros casos, no.
Los contrabandistas de Oriente mueven desde precursores hasta productos terminados. Hachís, Captagon o ambos a lo largo de una ruta que atraviesa el valle de Bekaa en el Líbano, la ciudad de frontera Qusayr (Siria) y las carreteras del norte. Un ruta que busca ampliarse hacia el sur de Europa, con la ciudad de Marsella como vaso comunicante y hacia Latinoamérica, comunicación magrebí.
****************************************
Si bien captagon no es una droga nueva, en la actualidad es un estupefaciente explotado en términos económicos. Es la consecuencia de la administración del Narcotráfico que se vende como lucha y que solo hace que la legalidad devenga en ilegal, puesto que en sus orígenes era utilizada para tratar diversas patologías 

Captagon es un estimulante clave para la permanencia en trincheras y en la configuración de niños soldados, puesto que anula la sensación de miedo, y la violencia, se vuelve aliada. Una droga que, como a todo niño soldado vinculado al Narcotráfico y al Terrorismo, le es administrada. Genera euforia y su máxima peligrosidad es cuando se combina con otro tipo de fármacos. 

Bukele no compra el cuento de la DEA como Heidi

Tejidos sociales de deteriorados a desintegrados. Fronteras permeables. Fetiches seguros. 

Alianzas acomodaticias y distorsión de los populismos habilitan geografías para que las drogas que ya son celebradas en otros continentes incursionen al nuestro de forma golondrina hasta lograr anclar en los reinos de la anomia. Allí donde ya hay una generación perdida en el universo de la droga. 

Observan los narcos de Oriente Medio, en el trabajo territorial, que Centroamérica no es viable. La política del Presidente Bukele en El Salvador -sin disfraces y con bravuconadas mediáticas pero también de campo- construye un estado proteccionista en términos de seguridad. Una especie de anillo de acero que incluye a Honduras y Guatemala.

Si el delito se va a desplazar, que sea dentro del mismo triángulo y no por importación de terror. Además, a pesar de las críticas, Bukele no compra el cuento de la DEA como Heidi. 

Es entonces, América Latina, el lugar potencial de ancla. La próxima parada de captagon. Y Argentina, Brasil y Paraguay, se presentan como los países más expuestos, ya que en la Triple Frontera, recursos varios del narco terrorismo internacional, llevan adelante cónclaves para futuras operaciones que apelan a exponer, con el tiempo, el Trifinio Bolivia, Chile, Argentina. 
Ese Trifinio, estratégicamente invisibilizado, para llevar adelante la lógica administrativa del caos mediante las operaciones “De Velo y de Engaño”. Contener por un lado para que explote por el otro y así mantener el verso de la lucha que fortalece el discurso de la legalización bárbara. La de un potencial proyecto de muerte.
 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]