El peligro de estar match point pero en el partido equivocado
Jaime Correas
Ex Director General de Escuelas de Mendoza y miembro de la Coalición por la Educación.
El presente solo puede intentar adivinar el futuro -y los
resultados históricos de esto, veremos, no han sido buenos. Incluso entre
expertos, los antecedentes son pésimos-. La razón no es la falsa conciencia,
sino la estupenda complejidad de los acontecimientos humanos que vuelve
imposible la predicción".
Martín Gurri, "La rebelión del público. La crisis de
autoridad en el nuevo milenio"
"No creo que sea casualidad que la primera ministra
italiana, Giorgia Meloni, no viajara a Madrid: apenas dos horas de vuelo desde
Roma. Habló por Zoom, tenía cosas más importantes que hacer. ¿Por qué? Porque
tras ganar las elecciones cambió de rumbo: de líder de un partido se transformó
en jefa de gobierno de un país, cambió los gritos de los hinchas por ropajes de
estadista, a la excitación de los ultras prefirió la prudencia de los
moderados. No seré yo quien invite a emularla, no es santa de mi devoción, pero
a Milei no le vendría mal melonizarse un poco. Su ego sufriría, los argentinos
ganarían."
Loris Zanatta, en La Nación, miércoles 22 de mayo de 2024
El escritor japonés
Rynosuke Akutagawa fue uno de los productos notables del fin de la dinastía
Tokugawa en 1867. Ese shogunato había mandado en Japón desde 1603, manteniendo
al país cerrado y en el atraso. Gobernaba una suerte de dictadura militar bajo
el control político imperial. Con el advenimiento del emperador Meiji, que
exigió la entrega del poder militar a Tokugawa Yoshinobu, el último guerrero de
la dinastía, se inició un cambio muy grande. En poco tiempo la isla salió del
encierro y se transformó en una potencia mundial. Akutagawa nació en 1892 en
medio de ese proceso de apertura y modernización. Su magistral obra, influida
por la literatura occidental, sobre todo la europea, sin embargo conserva
toques de las letras japonesas tradicionales. Después de una vida turbulenta,
marcada por la locura de su madre que murió en su niñez, el autor de cuentos
inolvidables se suicidó a los 35 años. Legó una producción breve pero intensa y
de gran influencia no sólo en las letras de su país sino del resto del planeta.
En la carta que dejó a su muerte, una pieza literaria extraordinaria, aclara
que el ritual suicida no tiene en su cultura el mismo sentido que en Occidente:
"Una vez que decidí por el suicidio (no lo considero un pecado, como los
occidentales), busqué la manera menos dolorida de llevarlo a cabo". Tomó
una sobredosis de Veronal, nombre comercial del primer sedativo conocido y
también escribió: "Al menos en mi caso el suicidio está causado por un
vago sentimiento de angustia, un vago sentimiento de angustia sobre mi propio
futuro".
Uno de los cuentos más
notables de Akutagawa es "En el bosque". En un ambiente clásico
introduce las nuevas técnicas narrativas que le han llegado a través de sus
lecturas europeas, mientras estudia literatura inglesa en la Universidad de
Tokio. El relato cuenta los detalles de un asesinato desde distintos puntos de
vista. El oficial Kebiishi es el detective de la investigación. Le toma
declaración a varios personajes que han tenido contacto con el crimen. Recibe
el testimonio del leñador que encontró el cadáver, de un sacerdote que el día
anterior se había cruzado con la víctima, del policía que detuvo al criminal y
de la madre de la esposa de la víctima, quien teme por la suerte corrida por su
hija, pues ha desaparecido. Finalmente el investigador interroga al asesino, a
la esposa del muerto que iba con su marido y reaparece luego en un templo e,
incluso, a través de una médium, a la propia víctima, que testifica desde la
muerte. El lector va reconstruyendo a través de esos testimonios no sólo las
horas previas a los hechos sino también las personalidades de los
protagonistas. Lo narrado es más o menos así: el asesinado y su esposa son
interceptados por el asesino que se enamora de la mujer. Para poseerla engaña
al marido y lo lleva a un lugar del bosque donde lo ata. La atrae a ella
diciéndole que su marido ha sufrido un accidente. La viola cuando llegan al
lugar donde está atado quien morirá. Lo curioso es que los tres testimonios
posteriores son distintos. Surgen para el lector las diferencias y las
preguntas por las contradicciones. El asesino dice que no habría matado al
hombre, pero que una vez que violó a la mujer ella: "me gritó que uno de
nosotros, su marido o yo, tenía que morir; si no ella misma moriría antes que
soportar el dolor y la vergüenza de saber vivos a los dos hombres que la habían
poseído. Dijo más: que sería de aquel que sobreviviera". Completa su
declaración agregando que, embrujado de amor por ella, desató al hombre para
batirse a duelo sin ventajas, lo mató y cuando la pelea finalizó la mujer había
desaparecido.
Ella declara que luego de
ser ultrajada se había desmayado por la mirada de su marido. Él había
presenciado la escena atado. "Sus ojos no denotaban ni furor ni
angustia...; despedían un brillo frío, que reflejaba su desprecio hacia mí. Más
herida por sus ojos que por el golpe del ladrón, dejé escapar un gemido y me
desvanecí". Al despertarse habla con su marido todavía atado y le dice que
lo matará y se matará para calmar su conciencia. Al fin encuentra su cuchillo y
lo asesina, pero falla en su propia muerte. "En fin yo, que maté a mi
esposo, que fui violada por un bandido, ¿qué debo hacer?", dice y estalla
en sollozos.
La víctima, a través de la
médium, da su versión. Luego de la violación el violador consoló a la mujer y
la sedujo. El asesinado cuenta: "Mi mujer lo escuchó fascinada y alzó la
cabeza. Nunca la vi tan hermosa como en ese momento. Pero, ¿qué le respondió
ante su mismo esposo, víctima como ella de ese malhechor? Ahora vago perdido en
el espacio, pero no podré evitar la rabia y los celos mientras recuerde sus
palabras: ‘Bien, llevadme adonde queráis' Y no fue éste el único delito de mi
mujer. Si se tratara sólo de esto no sufriría lo que sufro en esta oscura
eternidad. Cuando, como en los sueños, se disponía a partir del brazo de aquel
hombre, palideció repentinamente, y señalándome, exclamó: ‘Matadle. No puedo
unirme a vos mientras él esté con vida' Y repitió varias veces, enloquecida:
Matadle, matadle!'". Sorprendido por esta reacción de la mujer, el
violador la repudia y la tira al piso. Ella huye y luego de que libera al
marido, él también se escapa. El esposo se levanta trabajosamente y,
avergonzado, se entierra el puñal de su mujer en el corazón. En su testimonio
sostiene que mientras agoniza oye llegar a alguien a quien no reconoce que le
saca el puñal clavado.
La trama es muy original:
es un cuento policial donde hay un muerto con tres matadores. Y cada uno
confiesa su autoría. Hasta el propio muerto sostiene haberse suicidado. Lo
usual es que haya un muerto y nadie acepte ser el victimario. Ahí aparece la
figura del detective para dilucidar el enigma. Akutagawa cifra su maestría en
mostrar con personajes clásicos una visión modernísima de los hechos vistos a
la vez desde distintas perspectivas. Esa operación es típica de las artes de
inicios del siglo XX. Picasso en la pintura, Faulkner en la literatura son
ejemplos célebres. El mismo hecho es contado por distintos protagonistas de muy
diversos modos y con certezas muy distintas. La consecuencia es el desconcierto
del lector, pues el caso policial termina sin resolución. Incluso la violación
pasa a un segundo plano, como un elemento secundario, lo cual es atroz. Se
transforma en un motivo de celos, de pasiones encontradas, de confusión pero
las dudas sobre la autoría del crimen dejan al abuso en la nebulosa.
El mundo actual es muy
parecido al cuento de Akutagawa. En medio del momento de mayor circulación de
información de la historia la confusión es plena y la desinformación mayúscula.
Hay mucha conexión y escasa y sucia información. La realidad se difumina frente
a quienes quieren atraparla. Los criterios de verdad han sido demolidos. Así
como un cadáver y una violación son tratados de modo muy diversos en el cuento
japonés hoy la vida de los seres humanos está a merced de una marea informativa
que anonada, pero no permite claridad. Hay múltiplesrelatos circulando y
confundiendo. Los gobiernos, los estados, la economía, la educación, las
relaciones internacionales están sujetas a narrativas paralelas que no parecen
tocarse. Y que se contradicen en general. Como si cada una sucediera en una galaxia
paralela. Basta seguir el escándalo desatado por los dichos del presidente
Javier Milei en España. La única diferencia es que mientras entre los
personajes de Akutagawa todos asumen su responsabilidad en la autoría del
crimen, en los hechos actuales cada protagonista actúa en su propia dimensión
acusando a los otros.
El efecto para el
observador, el lector, el ciudadano, es similar: desconcierto. Esta posibilidad
de disgregación del foco de atención se ha multiplicado hasta el infinito con
las nuevas tecnologías y la aparición de internet. Lo que antes era una
realidad que llegaba más o menos ordenada por los medios de comunicación hoy es
un caos que llega desordenado por la redes sociales. Además, se ha originado la
ilusión de que cada uno está participando en lo público. Basta con usar las
redes. Esta situación multiplica hasta el extremo más impensado la
imposibilidad de los estados y los gobiernos de dar resolución a todas las
demandas. Cada uno tiene la suya y pretende que le sea satisfecha. En ese contexto
mundial se encuentra hoy la Argentina con su economía estallada por años de
desmanejo populista. La llegada de alguien que pone la lupa en esa situación se
da al tiempo que quien lo hace parece estar más atento al devenir de las redes
que a la gestión. Por eso mientras muchas funciones estatales están congeladas,
el protagonismo nacional e internacional del presidente Milei crece. Lo más
novedoso es su resonancia global desde un país que se debate en los márgenes
del concierto de las naciones contra problemas que parecen insolucionables.
Milei tiene algo típico de lo que ha sucedido hasta ahora con los fenómenos
políticos fraguados en las redes: se exponen los problemas, se los denuncia,
pero no se los gestiona. Los llamados influencers políticos se agotan en la
diatriba, pero no tienen la voluntad de tomar el poder para buscar las
soluciones. Ahí hay otra originalidad presidencial. Milei viaja por el planeta
llevando su buena nueva, como un pastor telemático que en su raid consigue
hazañas como ser tapa de "Time" o marcar el ritmo de la política
española. En lo local, sin embargo, no logra hacer pie en sus necesidades
concretas de gestión: la Ley Bases, sobre todo. Y es indispensable para hacer
los cambios estructurales que propone. Su éxito digital no hace juego con su
fracaso analógico. Si bien, con gran sufrimiento para una población que todavía
lo sigue, está centrado sólo en el proceso económico, queda el enigma del resto
del ordenamiento social. Quizás el área de gobierno que ha dejado más interrogantes
sea la educación. Como bien explica Martín Gurri al inicio de este texto la
complejidad de los acontecimientos humanos hace que vaticinar el futuro sea
imposible. Pero la pregunta es: ¿luego del hipotético mejoramiento económico
cómo sigue la gestión Milei? En educación, por ejemplo, ¿qué se viene y cuándo?
¿Avanzará el Plan Nacional de Alfabetización en un país donde hoy mismo una
gran cantidad de sus chicos no aprenden a leer, aún yendo a la escuela? Porque
estar 6-0, 5-0 y 40-0 con el saque frente al impresentable de Pedro Sánchez
está muy bien, pero no resuelve uno solo de los problemas argentinos. Y si las
voleas mortíferas se transforman en errores no forzados por obra y gracia de la
complejidad de la realidad pueden agravar las dificultades hasta lo impensable.
Publicado en Mendoza Post .
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