Franja de Massa o Milagro-Scioli
Jorge Asís
Periodista de personalidad provocativa y observador
político, ha cultivado varios géneros literarios como escritor. Su novela Flores
robadas en los jardines de Quilmes, publicada en 1980, se convirtió en best
seller con 350.000 copias vendidas.
Combate
de resistencia
Al cierre del Informe, los tres protagonistas exclusivos
de la consagrada miniserie se encuentran casi a la par.
Queda Mauricio un poco más replegado, aunque con
posibilidades difusas de sorprender. Bastante remotas, eso sí.
Se aleja la perspectiva de aliarse con el esqueleto de
los radicales.
Aparte, Oximoron registra que se pontifica, en exceso,
sobre el (engañoso) agotamiento del peronismo.
Para la plácida visión, el peronismo emerge como el
culpable genérico de la mayor parte de los males.
Entonces se enuncia voluntariamente que se viene el turno
del “no peronismo” (más engañoso aún).
Pero con estos valores en juego, se concluye que es
imposible. Con la sumatoria de los postulantes ejemplares del Frente Unen, con
exponentes que atraviesan el jardín luminoso que contiene a la ética y la
estética, difícilmente podrán imponerse sobre alguno de los dos peronistas
principales del escenario.
Sea Sergio o sea Daniel. Franja de Massa o
Milagro-Scioli.
Si las elecciones nacionales transcurrieran el próximo
domingo, los excitados no peronistas -para Oximoron- volverán a quedarse
afuera. Con la moralidad servida de la oposición.
Significa confirmar que hoy la batalla electoral se
dirime en una suerte de interna peronista. Entre La Franja y El Milagro.
Por suerte, faltan aún diecisiete meses para la tranquila
inutilidad de las primarias abiertas y obligatorias. Las PASO.
El combate que se viene es de resistencia. Sin respiros,
pausas ni relajaciones en la política swinger (cliquear). Aunque se venga el
Mundial de fútbol que genera esperanzas vanas de olvido. Sobre todo para los
damnificados de la etapa lazarista del cristinismo, cliquear también.
Para esta pelea de resistencia, aparte de armarse, los
tres protagonistas de la miniserie deben cuidar el aire.
Comparten, los tres, severos dilemas de oxígeno.
El
Milagro Scioli
Así como el mensaje es el medio, o viceversa, aquí el
Milagro es Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Un desafío para analistas y
académicos.
Por más que La Doctora lo disuelva entre la sopa espesa
de una de las cuantiosas vicepresidencias inútiles del Partido Justicialista
Vegetal (PJV). Por más que quede diseminado entre otros potenciales
presidenciables, el positivista muestra con “fe, esperanzas y siempre para
adelante” que va a quedarse para la conversación final.
Franja de Massa o Milagro-ScioliA valores de hoy, en una
disputa con Sergio Massa, Aire y Sol II, titular de la Franja de Massa.
Sin una gestión que nadie le reconozca, y ni siquiera le
ponderen, Scioli sale de shopping por las provincias. Supone fortalecerse con
la adhesión de los “gobernadores atragantados” (cliquear) que en su mayor parte
no tienen reelección. Y tampoco le garantizan victorias territoriales. Pero le
permiten exhibir un grupo presentable y compacto, que recibe también sin
reparos al desafiante principal en el plano interno. Sergio Urribarri, El Padre
del Marcador de Punta.
El vegetalismo peronista permite mostrar la apariencia de
un esqueleto bien armado. Con huesos gastados, aún en condiciones de uso.
El Milagro-Scioli persiste entre menoscabos
extraordinarios, y subestimaciones sin originalidad. Pero se le incorporan, a
diario, los valiosos buscapinas que comienzan a creer, con seriedad y sin nada
para perder, que están ante la evidencia del milagro. De verdad.
Massa
y su circunstancia
De los tres protagonistas, Sergio, El Renovador de la
Permanencia, es quien parece divertirse más con la centralidad.
Crece, se estanca, y vuelve a crecer. En medio de la
ordenada desorganización que gira a su alrededor. Como si fuera un atributo.
Para Oximoron, el massismo parece convertirse en un
fenómeno “orteguiano”. Pero por el filósofo español Ortega y Gasset, y no por
Palito, el tucumano, que supo ser uno de los mentores de Sergio.
«Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no
me salvo yo». Lo dijo Ortega y Gasset.
Aquí, en cambio, es Massa y su circunstancia.
Porque La Franja de Massa está donde está Massa. Y es, en
el fondo, sólo aquello que hace, o dice Massa. Palabra de Sergio.
Franja de Massa o Milagro-Scioli“Tenemos la estampita y
los fieles. Sólo nos faltan los buenos pastores”. Lo confirma un massista
extraño, para colmo de los más racionales. Al que le cuesta ubicarse en la
desorganización que a Sergio, llamativamente, lo estimula. Y la goza.
Al mejor estilo Menem, el orteguiano Massa cree cargar
consigo la buena estrella del César. Con la cual los protege a los
protagonistas plausibles de una comedia de malentendidos.
Al tenso Martín Redrado y al eficiente Miguel Peirano. A
la formada señora Graciela Camaño, La Negra, y al experto intendente Gilberto
Alegre, de Villegas, hoy transformado en legislador.
Y a la serie entrañable de los “renovados”. Como De Mendiguren,
Felipe Solá, Tito Lusiardo, alias Juanjo, el poeta Alberto Fernández, el
Chupete Manzano, el conde polaco Eduardo Amadeo, al aportante espiritual Jorge
Brito y su lugarteniente Rodríguez, El Corcho. Sin olvidarse nunca de Pierri,
El Muñeco, o de los “renovados” más formidables. Como Reutemann, Romero o los
Rodríguez Saa.
También hay protección para todos aquellos que se jactan
de tener ciertas influencias sobre el titular de la Franja. Sergio finge
escucharlos con atención, aunque siempre para hacer, o decir, lo que se le
cante.
Consuelos
del macricaputismo
Para Mauricio, El Niño Cincuentón, Sergio llegó para
complicarle la carrera política. Transformarse en su obstáculo.
La animadversión política hacia Massa es también un valor
que la acerca a La Doctora (aparte de los aspectos puntuales de fuerte
incidencia económica. Inmobiliarios, como el traspaso de la Esma, o de relativa
espiritualidad).
Franja de Massa o Milagro-ScioliEn PRO -expresión
institucional del macri-caputismo- se consuelan con una creencia que en el
fondo los justifica.
Indica que, si la señora Gabriela Michetti, La Princesa
de Laprida, le hubiera hecho caso a Mauricio, y aceptaba jugar en Buenos Aires,
La Inviable, Massa se quedaba en el molde. Perdido entre las vueltas de la
rotonda. No hubiera “jugado”.
Por lo tanto, con Michetti activa en Buenos Aires, en el
escenario de 2013, la Franja de Massa nunca hubiera existido.
Tarde para lamentaciones contra-fácticas. Porque La
Franja de Massa existe y hoy encabeza cualquier encuesta.
Ocurre que Sergio le arrebató a Mauricio hasta la cucarda
de la juventud. Es trece años más joven y le disputa el mismo mercado.
Pero la popular Michetti prefirió quedarse en el
Artificio Autónomo de la Capital. Para beneficio indirecto de Massa, y para la
complicación ostensible de Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de
Pompeya.
Horacito no escatima recursos para convertirse en el
sucesor de Mauricio. Con la venia, en apariencia, del inmanente Nicky, y del
propio Mauricio, quien ni se inmuta ante el entusiasmo de los innumerables que
descubren la ventajita de enfrentar a El Carismático.
Como los Peronistas Originarios. Diego Santilli, El
Colorado, y Cristian Ritondo, El Potro. Desde el interior del macricaputismo.
O como Martín Lousteau, Sir Alfred Douglas, el crédito
del amontonamiento de Unen.
Noción
de tagliaferrismo
Por la colonización siempre pendiente de Buenos Aires, La
Inviable, Mauricio decidió suplir, a la reticente Michetti, por la obediente
señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Carriego.
A los efectos de librarse de otra eventual competidora,
Horacito, El Carismático de Pompeya, apoyó la idea de desplazarla con curioso
apasionamiento.
Franja de Massa o Milagro-ScioliLe prometía lo que fuera
-con tal que se fuera-, a María Eugenia Vidal. Para que se lanzara, como Roca,
a la conquista del desierto.
Lo extravagante y divertido del Pro es que se trata, en
el fondo, de un partidito urbano, tan gerencial como hogareño. Donde los
episodios domésticos suelen adquirir cierta trascendencia política.
Ya se registró algún alentado divorcio que favoreció,
incluso, la proyección política de un gran cuadro macricaputista.
Trasciende que La Chica de Flores tuvo ciertas
dificultades para financiar la colonización bonaerense. Las trabas nunca deben
ser atribuidas a Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre, su competidor interno.
Al contrario, los problemas de recursos se agravaron,
según nuestras fuentes, por las ambiciones predominantes del máximo cuadro del
tagliaferrismo (movimiento que paulatinamente se extiende por los suburbios).
Es Ramiro Tagliaferro, El Neo Nancy, para colmo fiel
esposo de La Chica de Flores. Un impulsivo concejal de Morón, gracias a la
alianza olvidada con la Franja de Massa. La que con suerte ínfima intentan
reeditar Ramón Puerta y Diego Guelar.
El dilema se resolvió con el alejamiento del numen del
tagliaferrismo. El abandono de Ramiro del comando de la campaña de la
conquistadora Vidal.
Franja de Massa o Milagro-ScioliEn algún momento se
especuló, incluso, con el salto en garrocha de Tagliaferro hacia el massismo.
Desplazamiento que, según nuestras fuentes, deseaban varios macricaputistas.
“Mejor, que se lo lleve Massa”, confirma la Garganta.
Lo importante, para El Carismático de Pompeya, es que La
Chica del Flores de Carriego no suspenda la colonización. Y que no decida
marcar, de nuevo, altiva presencia en el Artificio Porteño.
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