El camino a la estabilidad: un balance del primer año de gobierno de Javier Milei
Alfredo Romano
Entrevistado.
En menos de un
año, el gobierno de Javier Milei dio vuelta la economía argentina con un
programa basado en tres pilares: disciplina fiscal y monetaria y desregulación
económica. Asumiendo una economía al borde del colapso, el Presidente
implementó medidas radicales que han generado un cambio perceptible en el rumbo
económico del país. Con una inflación
que rozaba el 290% anual y un déficit fiscal desbordado, Milei tomó las riendas
con un enfoque implacable en la estabilidad macroeconómica, reduciendo gastos,
desregularizando la micro y proyectando una dolarización como meta final. Disciplina
fiscal: de un déficit histórico a superávit Milei heredó un
déficit fiscal primario del 2,6% del PIB, pero en menos de un año logró
revertirlo a un superávit acumulado del 2% del PIB hasta octubre de 2024. El
ajuste fiscal –de cinco puntos porcentuales– es el más significativo de los
últimos 40 años. Con recortes en subsidios energéticos, la reducción del tamaño
del Estado, y el inicio de la eliminación de privilegios de la política, el
programa ha demostrado un inquebrantable compromiso con la prudencia fiscal y
con las promesas realizadas durante la campaña. Estabilidad
monetaria: baja de la inflación y acumulación de reservas La política
monetaria de Milei evitó un “overshooting” cambiario y estabilizó la inflación,
que pasó de un alarmante 25% mensual en diciembre de 2023 a un 2,5% en los
últimos meses. Además, el Gobierno revirtió la situación crítica de reservas
negativas heredada, acumulando 18.000 millones de dólares en 2024 y 20.900
millones desde el inicio de su mandato. Este esfuerzo, acompañado de
expectativas devaluatorias moderadas, permitió al Banco Central adquirir
dólares en meses donde antes era habitual la venta neta. Depósitos récord
y reactivación del crédito La reducción de
tasas de interés y el éxito del programa de blanqueo de capitales impulsaron un
crecimiento histórico del crédito. Los depósitos en dólares alcanzaron un
récord de 34.000 millones de dólares, consolidando una base sólida para
financiar la economía real. Esto sin dudas es un punto central en la estabilidad
cambiaria que percibimos los argentinos en la actualidad. Además, en términos
reales, los préstamos en pesos aumentaron un 60% en seis meses, liderados por
créditos personales, comerciales y de tarjetas. Desregular, el
camino para crecer Con una habilidad
política que nadie esperaba del Presidente “outsider”, a través de la
aprobación de la Ley Bases el Gobierno disolvió cientos de regulaciones que
entorpecían la actividad económica y que afectaban al comercio, los servicios,
las importaciones, el sector energético e industria automotriz, entre otras
actividades. Este esfuerzo de quitar el peso del Estado permitió una
reactivación económica palpable. Aunque aún queda camino por recorrer, la
reducción del intervencionismo estatal ha sentado las bases para una mayor
competitividad y dinamismo en los mercados. El primer año de
Milei demuestra que es posible estabilizar la economía argentina mediante un
enfoque disciplinado y orientado al mercado. Aunque los desafíos son
significativos, los logros en materia fiscal, monetaria y regulatoria han
establecido un rumbo alentador hacia el crecimiento sostenible. Con salarios
reales en alza, inflación controlada y una expansión económica en marcha, el
Gobierno tiene bases sólidas para consolidar su visión de transformación en
2025. Dolarizar, una
medida para garantizar la estabilidad La dolarización
podría consolidar estos cambios estructurales que Milei está implementando, y
asegurar su continuidad más allá de su mandato. Adoptar una moneda fuerte como
el dólar elimina la discrecionalidad de futuras administraciones para recurrir
a la emisión monetaria como herramienta de financiamiento, una de las
principales causas de la inflación y la inestabilidad en la Argentina. Esto obligaría a
los gobiernos sucesivos a mantener disciplina fiscal, ya que no podrían
imprimir dinero para cubrir déficits. Además, una economía dolarizada reduce la
incertidumbre cambiaria y crea un entorno de mayor previsibilidad, incentivando
la inversión y el crecimiento a largo plazo. El camino hacia
la estabilidad está lleno de desafíos, pero los primeros logros del gobierno de
Milei son señales alentadoras de un posible cambio estructural en la Argentina.
Su compromiso con la disciplina fiscal y monetaria y el ambicioso proceso de
desregulación en marcha pueden marcar el inicio de una nueva era para el país.
Publicado en INFOBAE.
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