Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald/el Nuevo Herald. Fue miembro del equipo ganador del Premio Pulitzer, y ha recibido el Premio Ortega y Gasset, Premio Rey de España y el Emmy.
Cuando leí que una red de
escuelas “sin maestros” que enseñan principalmente con inteligencia artificial
(IA) acaba de abrir sus puertas en Miami, contacté inmediatamente a sus
directivos. Tenía curiosidad por saber si estas escuelas son algo
revolucionario, o una moda pasajera. Antes de señalar lo que dicen sus
críticos, veamos lo que dicen estas nuevas instituciones educativas, llamadas
escuelas Alpha. Según su portal de internet, son colegios privados de primaria
y secundaria donde los niños aprenden competencias básicas como matemáticas y
lenguaje en apenas dos horas por las mañanas, y dedican las tardes a talleres
donde desarrollan “habilidades para la vida”. No tienen profesores, sino
“guías”, que son adultos que supervisan el aprendizaje con IA e imparten los
talleres de oratoria, educación financiera, programación y emprendimiento.
Tasha Arnold, la directora de las escuelas Alpha, me explicó que “los guías no
enseñan de la manera tradicional. Usan sus conocimientos de psicología, modelos
de motivación y otras herramientas para ayudar a los niños a encontrar su
pasión en los talleres”. Cuando le pregunté cómo pueden los niños aprender
matemáticas, inglés y otras materias básicas en solo dos horas al día, me dijo
que la IA permite personalizar la educación para cada niño, y eso permite que
los alumnos aprendan mucho más rápido. Además, los niños no pueden estar concentrados
más de una o dos horas diarias en estas materias, agregó. Mejor dedicar el
resto del día a talleres que enseñan habilidades para la vida, señaló.
Pero si los niños aprenden
con IA, ¿no van a copiar y pegar lo que encuentren en ChatGPT?, le pregunté.
¿No vamos a producir jóvenes que no usan la cabeza, y que se volverán cada vez
mas bobos?, insistí. Un estudio reciente de la universidad MIT descubrió que el
uso de ChatGPT y otros chatbots probablemente reduzca las habilidades
cognitivas de los estudiantes. En otras palabras, el cerebro es como un
músculo: si no se usa, se atrofia. Arnold respondió que las escuelas Alpha no
permiten que los estudiantes usen ChatGPT ni ningún otro chatbot, precisamente
para evitar que copien y peguen sus respuestas. En cambio, los niños estudian con
un programa de aprendizaje de IA especialmente diseñado para las escuelas, que
les hace preguntas hasta que dan con las respuestas correctas, explicó. En
cuanto al rendimiento académico de las escuelas Alpha, Arnold me dijo que salen
muy bien paradas en las pruebas estandarizadas. Los escépticos advierten que
esto podría deberse a que muchos de sus estudiantes provienen de familias
adineradas y con un alto nivel educativo. La matrícula de estas escuelas es de
40.000 dólares anuales, o más, dependiendo de la ciudad. Muchos expertos
advierten que, aunque los programas de IA educativa pueden ser excelentes
herramientas para ayudar a los niños con sus tareas después de clase, no está
comprobado que el método de “aprendizaje en dos horas” funcione.
En primer lugar, puede que
funcione para alumnos cuyos padres tienen un alto nivel educativo, y les ayudan
con sus tareas escolares. Pero probablemente no funcione tan bien en familias
de bajos recursos. Emiliana Vegas, profesora de educación en Harvard, me
comentó que los estudiantes de las escuelas Alpha “son claramente muy
diferentes de la mayoría de los niños que van a escuelas públicas”. En segundo
lugar, incluso si los niños reciben clases con programas de IA educativos, si
tienen acceso a ChatGPT, van a usar este último. En tercer lugar, aprender con
IA puede aumentar la adicción a las pantallas en los niños y perjudicar su
bienestar emocional, dicen varios estudios. Desde que escribí hace algunos años
un libro llamado “Basta de Historias”, sobre las nuevas tendencias en la
educación, siempre fui un gran defensor del uso de la tecnología en las aulas.
Y lo sigo siendo, pero más cautelosamente. Me preocupa, entre otras cosas, que
las escuelas que enseñan con IA dediquen demasiado tiempo a desarrollar
habilidades para el mundo del trabajo, y demasiado poco a enseñar valores
morales, empatía y civilidad. Puede que las escuelas Alfa sean la tendencia del
futuro. Pero tenemos que tener cuidado de no terminar produciendo generaciones
de jóvenes obsesionados por el éxito económico, desalmados y robóticos.
Publicado en El Nuevo Herald.