El libro que ningún político debe dejar de leer
Guillermo Lousteau Heguy
Abogado. Profesor de Derecho, Florida International University.


Andrés Oppenheimer acaba de publicar "¡Crear o morir!", con lo que completa su trilogía que incluye "Cuentos chinos" (2005) y "Basta de historias" (2010). Tal como es su preocupación habitual, el tema es América Latina, su situación actual y la propuesta para acoplarse al ritmo de las sociedades más exitosas. El subtítulo de este nuevo libro (La esperanza de América Latina y las cinco claves de la innovación) apunta nuevamente a la educación y su papel en el futuro de la región.

Los libros de Oppenheimer son engañosos. Porque, por un lado, tienen una lectura fácil, rápida y amena, que hace tentador leer el libro de una vez. Pero, por el otro, cada página contiene tanta información que reclama una lectura más detenida y reflexiva. Lo mismo que ocurría con sus anteriores libros sucede claramente en este último.

LAS INQUIETUDES DE OPPENHEIMER DEBIERAN SER PARTE DEL PROGRAMA DE TODO POLÍTICO LATINOAMERICANO
Las inquietudes de Oppenheimer debieran ser parte del programa de todo político latinoamericano: la educación, el desarrollo, la innovación. Sin embargo, esos temas están lejos de componer el programa o la plataforma de los candidatos. Una de las razones de esta ausencia, y posiblemente la decisiva, sea el plazo a que los políticos están habituados, que no es sino el inmediato, el de la satisfacción instantánea de los reclamos populares. Es muy poco habitual que quienes dependen del voto popular puedan considerar temas que se extiendan más allá de su posible mandato. Los resultados de cualquier cambio en educación podrán exhibirse en no menos de 15 a 20 años, y no alcanzarían a recoger su mérito. En una frase de Jorge Lanata, "los problemas del país comenzarán a resolverse cuando seamos capaces de iniciar proyectos cuyos resultados no podremos disfrutar, sino que dejaremos a nuestros hijos o nietos". Posiblemente esta característica sea decisiva para diferenciar entre la calidad de un político y la de un estadista.

La lectura de "Crear o morir" abre tres puertas diferentes. Una de ellas ofrece una visión de lo que nos espera en un futuro inmediato, frente a las posibilidades que la tecnología y la sociedad del conocimiento pueden brindar en pocos años. En esta descripción de un futuro que ya está entre nosotros, desfilan en el libro la realidad y los avances inmediatos en el campo de las máquinas 3D y las perspectivas que abren a una nueva forma de manufactura (en estos días, las noticias periodísticas comentaban uno de sus usos, cuando astronautas fabricaron en el espacio una herramienta que necesitaban); el uso de los drones para diferentes actividades, demorado hoy no por razones científicas, sino por ausencia de un sistema legal que contemple situaciones inéditas, como los seguros, por ejemplo; los autos sin conductores que ya ensaya Google, los materiales autosaneables, o los viajes espaciales en manos privadas.

DE LAS ENTREVISTAS A CIENTÍFICOS QUE TRABAJAN EN LA FRONTERA DEL CONOCIMIENTO SURGE UNA VENTANA AL FUTURO
Este mismo futuro aparece bajo otra forma, cuando Oppenheimer describe las entrevistas que ha realizado para este libro con un grupo de innovadores exitosos, en muy diversos campos, que van desde Gastón Acurio, un chef que impuso mundialmente la cocina peruana hasta Salman Khan y sus escuelas "al revés", pasando por la imperdible conversación con Pep Guardiola y su carrera de técnico futbolístico. En esta ventana al futuro que surge de las entrevistas a científicos que se encuentran trabajando en la frontera del conocimiento –como Rafael Yuste y su Brain Activity Map o Mapa de la Actividad del Cerebro- Oppenheimer ha concentrado a una decena de modelos de diferentes campos. Paradójicamente, más de la mitad de ellos no pertenecen a países centrales, sino a personalidades latino americanas, españolas, o asiáticos. Lo que importa resaltar como un valor adicional del libro es la actitud del autor, que se extiende desde una cuidadosa preparación de las entrevistas a realizar, como su capacidad de preguntar por las cosas aparentemente obvias, aprovechando sin desperdicio al entrevistado.

Pero, aparte de lo novedoso del mundo que nos espera, según las descripciones de Oppenheimer, lo más importante del libro es, sin duda, la búsqueda de causas que parecieran provocar que la situación de América Latina – verdadera obsesión del autor- y cómo salir del atraso en que se encuentra.

¿CÓMO PONER A LA ARGENTINA EN LA RUTA DE SU RECUPERACIÓN COMO SOCIEDAD Y EN EL CAMINO DEL DESARROLLO Y LA PROSPERIDAD?

¿De qué depende la prosperidad?, se pregunta. El mismo interrogante que se han hecho muchos, incluyendo a José Ignacio García Hamilton (Por qué crecen los países) y a Daron Acemoglu (Why nations fail. The origins of power, prosperity and poverty).

En la respuesta a esta pregunta podemos encontrar un enorme desafío para los políticos (o los estadistas, si es el caso). ¿Cómo poner a la Argentina en la ruta de su recuperación como sociedad y en el camino del desarrollo y la prosperidad? Para ellos, como para el grupo de Harvard, la respuesta está en la cultura y las instituciones. Tan temprano como en 1961, David McClelland había analizado el rol de los valores en el desempeño económico de una sociedad. En su libro The achieving society había afirmado que se podía prever el comportamiento social y la actitud económica de las personas a través de los valores expresados implícitamente en los cuentos infantiles y las canciones de cuna. Por esas y otras vías tempranas (la familia, la escuela, la iglesia) se van inculcando creencias, las que en su mayoría permanecen en forma inconsciente. Algunas de esas creencias condicionan las actitudes hacia las posibilidades concretas de logros por parte de las personas y, en consecuencia de la sociedad en que viven, sostiene McClelland.

Si bien en sus libros anteriores, Oppenheimer había ubicado la respuesta en el área de la educación, ahora le agrega un matiz esencial: la innovación.

QUE EL SISTEMA EDUCATIVO ARGENTINO ES DEFICIENTE ESTÁ CLARAMENTE RECONOCIDO. PARA SOLUCIONAR SUS FALLAS LA PROPUESTA ES UN CAMBIO CARTESIANO
Al estilo de lo que Derrida llamaba la deconstrucción (es decir, volver al origen de las cosas para comprender su significado real), el autor pone el origen del sistema educativo actual en el modelo prusiano, generado en el siglo XVIII (una explicación muy poco conocida), y que respondía al modelo socio-económico de su época, totalmente desvirtuado en el mundo que vemos hoy, y más aún en el que viene. Las propuestas del libro van, precisamente, en el sentido contrario al modelo impuesto por el rey de Prusia y tienden a acomodarse al mundo del conocimiento que rige hoy. Su ejemplo de las escuelas "al revés" –donde el alumno estudia en su casa y realiza las tareas en la escuela- es sorprendente por sus efectos ya comprobados.

Que el sistema educativo argentino es deficiente está claramente reconocido por todos los sectores, aún en de los docentes (tal vez, la excepción sea la de las autoridades educativas). Pero no se trata ahora de solucionar las fallas. Lo que propone Oppenheimer es un cambio cartesiano del enfoque.

Partir de crear una sociedad donde el modelo ideal sea el innovador, y donde los fracasos previos no sean una carga, sino un aprendizaje imprescindible. Que exista una cultura de la innovación y fomentar una educación que tienda a ello. Estimular las inversiones en el mismo sentido y globalizar la innovación.

En todo ello, nuestro país arranca de atrás. En el reciente ranking del IMD World Talent Report 2014, la Argentina no solamente está mal ubicada, sino que muestra un retroceso entre el 2005, donde figuraba 47 y el año 2014, donde se ubica 53. Los elementos que considera IMD son, básicamente, tres: a) la inversión y desarrollo en educación; b) el atractivo del país para atraer "talento" (calidad de vida, facilidades, etc) y c) el contexto. En todos ellos, hay una enorme deficiencia de nuestro país.

Para salir de eso, es necesario que los políticos tomen conciencia, se decidan a promover proyectos vitales, cuyos resultados no verán ellos, sino sus hijos o nietos, tema en el cual podría obtenerse consenso entre diferentes candidatos.

Oppenheimer aporta, para eso, una mirada fresca atento a lo que pasa en el mundo exitoso, y atento a su preocupación permanente: la prosperidad de América Latina.
 

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