La Argentina repetida
Juan Liceda
Participante del Programa de Jóvenes Investigadores y Comunicadores 2023.


Una conocida frase anónima reza que si te vas de Argentina por 20 días todo ha cambiado pero si te vas por 20 años todo sigue igual. Este refrán a pesar de parecer sumamente reduccionista no deja de confirmarse en muchos sentidos en la coyuntura nacional. Si uno analiza el escenario político de algunos meses atrás, observaría sin asombro que la alianza Juntos por el cambio lograría gobernar el país nuevamente con Horacio Rodriguez Larreta al frente del proyecto. El partido La libertad Avanza, perdía sin ton ni son a cuanta elección provincial se presentaba y el fenómeno liberal parecía reducido a una cuestión del “AMBA”. El frente “Kirchnerista” aparecía dividido entre tres o cuatro posibles fórmulas presidenciales (Wado, Scioli, ¡Grabois? y Massa) las cuales se definieron de una forma polémica, llena de amagues, el ex gobernador bonaerense ya lanzado con sports, carteles y demás fue dado de baja espontáneamente, De Pedro anunciado y cancelado en menos de 24hs de una manera tan desopilante que hizo pasar de largo a Juan XXIII quien luego de anunciar su declinación presidencial para apoyar al mercedino debió volver a postularse en una milagrosa maniobra administrativa. Finalmente se impuso el super ministro quien hasta entrado el mes de septiembre parecía una candidatura testimonial, sin posibilidades de competir por los amargos resultados económicos y con una sensación de regocijo del camporismo que no veía con malos ojos una derrota del tigrense.
 
Nada de estos breves ejemplos queda en el actual tablero político Argentino, no hace falta remarcar los acontecimientos de público conocimiento que se desarrollaron durante este periodo electoral para llegar a la conclusión de que La Argentina de la temporada veraniega del 2023 está muy cambiada en comparación a la temporada 2024.
Por otro lado, si extendemos nuestro análisis a lo largo de la historia, encontraremos numerosos hechos actuales que cuentan con un alto grado de similitud frente a los actuales.
Demos algunos ejemplos: Hipolito Irigoyen es reconocido como el primer presidente democrático de nuestra historia, al igual que el flamante gobierno contaba con un respaldo político débil al momento de comenzar su gobierno. A pesar de contar con un fuerte apoyo popular en las urnas fue necesario sumar los votos de la UCR-Disidente santafesina en el colegio electoral para ser elegido presidente. A la vez llegó al gobierno con amplia minoría en ambas cámaras legislativas y con un partido que a nivel nacional carecía de congruencia, para solucionar ambos problemas y llevar su gobierno a buen puerto requirió 19 intervenciones federales en su mayoría por decreto. Sin mencionar que desde la revolución del parque, Irigoyen se identificaba, como se diría hoy un “Anti-casta” la cual estaba representada por un largo periodo hegemónico del Partido Autonomista Nacional.
Desde el albor de la democracia podemos ver al presente, repetir el pasado. Por otro lado, el surgimiento de un líder carismático, sin partido político y con un profundo espíritu reformador tampoco es un hecho sin precedente en nuestra historia sino una remake en algún aspecto del mismísimo Juan Domingo Perón. Sin mencionar que el ciclo pendular económico, la falta crónica de dólares, la falta de credibilidad en las instituciones son cuestiones ya enquistadas en nuestra patria desde por lo menos la crisis económica de Juárez Celman de 1890 o la famosa grieta que podría inspirar una saga de películas más numerosa que “Rapido y Furioso” si nos remontamos a la época Unitarios vs Federales de principios del siglo XIX. La flamante designación de un Menem como presidente podría ser tomada como una ironía del repetido ciclo político argentino. Podrán o no estar de acuerdo pero desde este humilde lugar apoyamos la confirmación de la hipótesis que sostiene nuestro ya mencionado refrán.
Ya basta de melancólicas y nostálgicas reflexiones e introduzcamonos en los álgidos acontecimientos que suceden luego de la finalización del casi sempiterno proceso electoral 2023.
Javier Milei parecería estar dispuesto a cumplir las promesas discursivas de su campaña electoral. El repetido “Punto y a parte” parecería no ser negociable y para alcanzarlo no habría límites internos en el gobierno, veremos cómo se enfrentan los externos. El exitoso libro de Juan Carlos Torre “Diario de una temporada en el quinto piso” relata entre otras cuestiones las peripecias internas que tuvo que enfrentan Alfonsin y su ministro de economía, Juan Sourrouille para navegar la complicada situación económica argentina provocada por la negociación de la deuda con el FMI y la falta de dólares. Vale la pena recordar que la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner obsequió un ejemplar al presidente Alberto Fernandez para su cumpleaños en el primer año de su mandato. El relato de Torre nos remarca que la política no es buena consejera de la economía y en situaciones de crisis económica aún menos ¿Se animará realmente el presidente electo a resignar la primera por la segunda? Estamos a punto de develar el misterio.
Los primeros indicios del gobierno liberal dan cuenta de que a pesar de una objetiva “debilidad” política no se dejaría influenciar tan fácilmente. En cuanto al gabinete nacional, se redujeron la cantidad de ministerios como se había dicho durante la campaña y no hay grandes sorpresas con respecto a los nombres que encabezan los ministerios. Con la excepción Patricia Bullrich quien abandona el partido PRO para dirigir nuevamente la cartera de seguridad a nivel nacional, “cambio de jefe” diría algún mal pensado. Por el lado legislativo Milei designó a dos legisladores de su partido, respetando la tradición política de que la línea sucesoria presidencial solo está integrada por miembros del partido oficialista.
 
Hasta el momento el presidente Macri no tendría delegados de peso dentro del gobierno, hecho del cual no conocemos los resultados aún, pero uno podría pensar que son síntomas de un fin de ciclo político iniciado en la crisis del 2001 y tuvo como principales actores a Kirchner y Macri.
 
Relacionado a la política exterior, el gobierno electo promete dar marcha atrás con el ingreso a BRICS y a cambio ofrecen una postura “Multilateralista” la cual no se inclina por ningún bloque internacional económico y buscará estrechar las mejoras relaciones posibles con todos los actores internacionales. Se mantiene como embajador de Brasil, principal socio económico del Mercosur con Argentina, a Daniel Scioli y la canciller será Diana Mondino, una académica repleta de méritos, pero sin experiencia estricta en materia diplomática. Hasta el momento, toda historia conocida en la irregular política exterior argentina.
 
Querido lector, quisiera terminar este análisis admitiendo que es completamente entendible que se sienta agobiado por una agenda sobre politizada y que los acontecimientos venideros provocan vértigo. Sin embargo, lo animó a abrir la mente, la situación a la que llegamos difícilmente podría ser peor en todas las materias. No se detenga en echar culpas y anímese a soñar con una Argentina que finalmente pueda romper el centenario bucle temporal en el que se encuentra atrapada.
 
“La noche es más oscura justo antes del amanecer”
 

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