¿Y la presunción de inocencia?

Malú Kikuchi
Periodista. Conductora de "Cuento Chino" y "La Dama y el Bárbaro", radio El Mundo. Premio a la Libertad 2013, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
Sería estupendo si todos nuestros diputados y políticos
en general, hubiesen leído, aunque sólo fuera una vez, la Constitución
Nacional. Es evidente que si lo hicieron, no la entendieron. Me refiero al
juicio político. Juicio que no tiene NADA que ver con un juicio civil,
comercial, ni penal. Son DIFERENTES.
Juzgan hechos distintos. Es simple, ¿cómo no lo
entendieron? O lo saben, pero gracias a “la obediencia debida” a Cristina, no
dejaron que Boudou tuviera la posibilidad de demostrar su inocencia. Si es que
lo es. Y hasta que se lo juzgue, la ley sostiene la presunción de inocencia. A
Boudou se la negaron los diputados de la comisión de juicio político, por orden
de Cristina.
Desde el principio. La Constitución Nacional explica que
el juicio político es eso, un juicio político. Se trata de juzgar la idoneidad,
la ética y el honor del funcionario juzgado, para saber si es digno de ocupar
la función para la cual fue nombrado.
Primero se reúnen los diputados de la comisión de juicio
político, ya que la cámara acusadora es la cámara de diputados (artículo 53) y si
la comisión encuentra que el tema a juzgar merece pasar al recinto, entonces el
acusado puede y debe defender su posición ante los diputados.
Si las pruebas que tienen los diputados son muy fuertes y
la defensa del acusado muy pobre, la cámara de diputados necesita las dos
terceras partes de los miembros (son 259 en total, se necesitan 173 diputados)
para elevar el juicio político al senado, que es la cámara revisora (artículo
59).
Ahí se repite lo mismo que en diputados y se necesitan
las dos terceras partes, o sea de un total de 72 senadores, 48 deben estar de
acuerdo para condenarlo o absolverlo. Pero como es un juicio político, el
senado no puede imponer penas. Puede destituir e inhabilitar al sujeto por un
tiempo, o de por vida, para ocupar puestos públicos o recibir un sueldo del
estado.
Si durante el juicio político se aportaran pruebas que
imputaran al sujeto de delitos concernientes a los tribunales ordinarios
(penal, civil, etc…), ahí serán enviados. Pero son dos caminos diferentes.
¿Quedó claro?
Cristina, en un gesto de magnanimidad desconocido en ella
hacia la república (que hace tiempo no somos), permitió que se reuniera la
comisión de juicio político, obviamente con la orden (los miembros del FPV son
mayoría), de impedir que el juicio llegara al recinto de la cámara de
diputados.
Resumiendo: ella no cree en la inocencia de Boudou. No le
permite al vice arriesgarse a que hable de más, o que las pruebas en su contra
sean tan abrumadoras que no quede más remedio que pasarlo al senado. ¿Pero si
el vice es inocente? Puede existir una posibilidad en millones, pero puede
serlo.
Cristina no cree en la inocencia de Boudou, por algo
será. Ella está dispuesta a cargar con el peso enorme de un vicepresidente
acusado de cohecho (en argentino, coima); su mesa chica está dispuesta a
acompañarla aunque no les gusta Boudou; la Cámpora que detesta al vice, también
está dispuesta a cargar con la mochila de rocas que representa el “play boy”
marplatense.
Lo incomprensible es que el PJ, el partido peronista que
tiene muy poco, mejor dicho, nada que ver con el FPV, parece estar dispuesto a
tragar ese enorme sapo. ¿Por qué?
Todos sabemos que Cristina no quiere a Perón. Perón era
un militar, odiaba el comunismo, su revolución era pacífica, en base a leyes y
decretos (aunque no nos gustaron y
alguno de ellos fuera aberrante).
Perón echó a los “maravillosos muchachos idealistas”, los
llamó “sicópatas a los que exterminaría uno por uno” (discurso por cadena
nacional después del atentado al regimiento de Azul, 20/1/1974) y Perón echó de
la Plaza a los “estúpidos imberbes” (1°/5/1974).
Evita es diferente, Cristina la cree revolucionaria, sin
recordar que Evita fue la primera y la mayor peronista de la historia. La
presidente usa el PJ cuando llegan las elecciones y luego lo guarda en el
último cajón de su memoria. Los peronistas lo saben. Entonces ¿por qué cargan
con la mochila de Boudou?
Los gobernadores, y los senadores que les responden (se
supone que representan a las provincias), acatan lo que sea por el tema de la
coparticipación. Pero los diputados que en principio son nuestros
representantes, los de los ciudadanos, ¿por qué no responden a lo correcto y
defienden el honor, la idoneidad y la ética que nos deben los funcionarios de la nación,
a los que mantenemos?
¿Por qué los diputados PJ, los ortodoxos, no deciden
actuar de otra manera? El año que viene es un año electoral. Es obvio que el
FPV no es el predilecto en las encuestas. Es obvio que se va a colgar del PJ. Y
también es obvio que la gente va a recordar la posición de los peronistas en el
caso del vice que ni siquiera es peronista.
Difícil de entender.
Y qué comprometida debe estar la presidente con el vice,
que en los 500 y pico de días que le quedan en la Rosada, no puede volver a
viajar sin dejar a un vice acusado de coima en su lugar y con firma. Salvo que
se las arregle para viajar a Kuala Lumpur y el mismo día mandarlo a Boudou a
Alaska y dejar a Zamora en la presidencia de la nación. Es una posibilidad.
Y qué incomodidad para los senadores que responden a
Cristina y no son FPV. Los opositores se retirarán del recinto o le dirán a
Boudou lo que piensan de él. ¿Pero los PJ? Va a ser incómodo hasta para Zamora.
En qué situación terrible pone Cristina a los senadores, a los políticos
decentes (algunos pocos hay), a los ciudadanos y sobre todo y ante todo, al
país.
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