Breve análisis sobre la competitividad de los mercados

Ignacio Clancy
Ignacio Clancy es Investigador de Fundación Atlas para una Sociedad Libre, especializado en Políticas Públicas para una Sociedad Abierta.
Hace
ya un tiempo que estoy notando errores de análisis económicos referido al
funcionamiento de los mercados en general y de servicios en particular. Se
tiende a generalizar a los prestadores privados como los responsables de la
falta de inversión, de los malos servicios ofrecidos, de los elevados precios y
de la falta de funcionamiento de los mercados Lo cual reconozco es un poco
complicado de entender ya que son las empresas privadas las caras visibles de
sus respectivos mercados y por ende los primeros en ser acusados. Pero para
poder desarrollar mi análisis debo primero repasar un fundamental en economía.
Competencia
Este
término que es tan básico para la economía, parece muchas veces no ser
comprendido. La competencia se desarrolla sobre la base de que no se sabe de
antemano como se determinaran los hechos, con lo cual debo esforzarme por
tratar de alcanzar el objetivo. O sea, no conozco a ciencia cierta cómo
reaccionaran mis compradores, ni mis competidores. Por lo tanto debo volverme
altamente eficiente para quedarme con una parte del mercado en el cual opero y
es justamente allí donde los consumidores se ven beneficiados. Razonándolo de
la manera inversa se ve más claramente. Si yo a priori sé cuál será el
resultado de la competencia (quien se quedara con la adjudicación de contratos,
o que porción del mercado me corresponde, o cuantos competidores tendré) no
necesito esforzarme en los más mínimo, ni siquiera debo ser eficiente, solo
debo descansar sobre lo que me toca y facturar.
El
punto de confusión esta justamente en que la economía clásica (o como
usualmente se la estudia) llama a los mercados donde la información y los
hechos son totalmente conocidos por todos como “Competencia Perfecta” y se
plantea como un mercado ideal. Por el contrario, la falta de información
perfecta se la denomina como unas de las fallas de mercados. Lo que esta teoría
clásica no contempla es que justamente esta “falla de mercado” es la que lleva
a los jugadores a competir, a volverse eficientes generando beneficios a los
consumidores. Estos pueden ser reducciones de precios, productos nuevos, nuevas
tecnologías, etc.
Otro
punto fundamental para comprender sobre la competencia, es que la misma puede
ser real o potencial. Este último término hace referencia a los competidores
que hoy no están el mercado, pero tranquilamente pueden aparecer en el futuro.
¿Por qué es esto importante? Porque fijan límites. Si yo fuera el único
oferente en mi mercado y decidiera subir los precios infinitamente, aparecerán
nuevos competidores con precios más bajos tratando de cooptármelo y a menos que
yo los baje también, quedare afuera del juego. Lo mismo ocurre si comienzo a
bajar la calidad de los productos que vendo. O sea, apenas se haga evidente un
descontento de los consumidores, saldrán nuevos oferentes a tratar de
satisfacerlos.
Análisis de los mercados
El
factor más importante a la hora de tratar de entender el funcionamiento de los
mercados, es el nivel de competitividad pero teniendo en cuenta todo lo dicho
anteriormente. O sea, mirando los siguientes puntos:
Barreras de entrada y de salida:
Ya
no importa cuántos jugadores hay en el mercado actualmente, sino cual es el
potencial de otros para entrar y salir del mismo. En otras palabras lo que en
economía se llama barreras de entradas y de salidas. Porque, como ya vimos,
esto fija los límites de los jugadores reales.
Más
allá de las propias barreras del negocio, están las que suele imponer el estado
con sus regulaciones. Como licencias de contratos, autorizaciones, impuestos,
regulaciones, etc. Con lo cual en este punto es muy importante discernir el
grado de dificultad que las empresas tienen para entrar al mercado en cuestión
y cuál es el origen de las trabas existentes para hacerlo.
Grados de protección:
La
protección es una garantía que el estado otorga a una o más empresas para
operar en un mercado eliminando la competencia. Como se hizo en los 90’ con las
compañías de comunicaciones, en donde se dividió al país en dos y se les otorgo
derechos de exclusividad para operar en las zonas asignadas. Esto por supuesto
atenta contra la competitividad de los mercados justamente determinando a
priori como se van a desenvolver los hechos en ese mercado. En este sentido,
estas dos empresas no tienen ningún incentivo para competir dado que ya conocen
los resultados de antemano. En conclusión no tiene necesidad de invertir ni de
mejorar ningún servicio o producto ofrecido. Por lo tanto es primordial saber
si los jugadores del mercado que estamos analizando están protegidos o son
favorecidos de alguna manera para operar.
¿Por qué el estado podría proteger o generar
barreras en mercados de servicios?
Este
un punto crucial, usualmente la protección, subsidios y las altas barreras de entrada
y de salida, se generan en industrias exportadoras o en aquellas incipientes
que se busca desarrollar como parte de “un plan estratégico” pero no tendría
sentido alguno en empresas proveedoras de servicios como las telecomunicaciones
o las de energía. Entonces, ¿Por qué se da esta situación en estos mercados?
Las
inversiones requeridas en capital para operar en los mercados de
telecomunicaciones y en de energía son muy altas y de largo plazo. Dado las
constantes fluctuaciones por las que atraviesa la economía argentina y la falta
de credibilidad de las instituciones económicas (entendida como usos y
costumbres) de nuestro país es lógico que los inversores no vean como
atractivos nuestros mercados en los mencionados rubros. Porque no saben si
podrán recuperar la inversión ni cuándo podrán hacerlo. Entonces al estado
busca compensar de alguna manera la falta de atracción para que se inviertan en
nuestro país. La manera de hacerlo es ofreciéndoles beneficios, protección,
subsidios, etc. Todas medidas que desalientan la competitividad de la que
veníamos hablando y que generan las consecuencias que marcamos. Finalmente llegan las primeras inversiones
para operar, pero por supuesto, los incentivos para competir no lo hacen. ¿Por
qué habrían de hacerlo? si ya conocen como se desenvolverá el mercado en el
futuro y que parte del mismo les corresponde. Simplemente no deben hacer nada,
más que tratar de recuperar lo antes posible el dinero invertido inicialmente.
La
historia es conocida, al principio las cosas funcionan y los consumidores están
contentos. Hasta que empiezan a fallar y es ahí donde comienza a sentirse la
falta de inversión de capital que afecta directamente a la demanda. Para que
haya más dinero invertido el estado tendrá que garantizar nuevos beneficios a
las empresas, que solamente duraran un tiempo y la historia se repetirá.
Conclusión:
A la
hora de analizar un mercado es importante en primera instancia entender nivel
de competitividad que este tiene. Porque, en resumen, la competitividad
permitirá que las inversiones se hagan de manera continua y no esporádicamente
como ocurre actualmente en los rubros de energía, comunicaciones y transporte.En
segundo lugar hay que revisar las barreras de entrada y de salida y tratar
de determinar el responsable de las mismas (generalmente es el estado). Ya que
estas evitan que más jugadores entren al mercado en cuestión.
Este
ejercicio permitirá entender que muchas veces los verdaderos responsables de la
falta de inversión, de los malos servicios ofrecidos, de los elevados precios y
de la falta de funcionamiento de los mercados no son las empresas privadas que
operan en él sino el ente que pone las condiciones.
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