Liberalismo, racionalismo e historicismo
Armando Ribas
Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista,
escritor e investigador. Nació en Cuba en 1932, y se graduó en Derecho en la
Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana. En 1960 obtuvo un
master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University en Dallas,
Texas. Llegó a la Argentina en 1960. Se entusiasmó al encontrar un país de
habla hispana que, gracias a la Constitución de 1853, en medio siglo se había
convertido en el octavo país del mundo.
No hay nada más erróneo en la filosofía política que confundir al
liberalismo con el racionalismo y el historicismo. Y este error proviene asimismo
de definir al Iluminismo como la integración de la filosofía política
franco-germánica y la anglo-americana. Y estos son los errores magnos del
artículo de Claudio Chaves: Alberdi, Perón y Bergoglio, publicado en La Prensa.
Pero tampoco podemos ignorar la confusión histórica respecto a la Argentina
incluida en el artículo citado, concerniente a los pensamientos de Alberdi,
Perón y Sarmiento.
A los hechos me remito. En primer término, del liberalismo surgieron las
ideas que cambiaron la historia del mundo, y ellas comenzaron en Inglaterra con
las ideas de Locke que determinaron la Glorious Revolution de 1688. A partir de ella
surgió la libertad en Inglaterra bajo el supuesto de limitar las prerrogativas
del Rey a través del Parlamento. Y así sugieron los derechos individuales a la
vida a la libertad, a la propiedad y el derecho a la búsqueda de la felicidad.
Y recordemos que sui en Inglaterra hubiese habido libertad, los Estados Unidos
no existirían, pues los Pilgrims no habrían emigrado.
Y esos principios fueron llevados a sus últimas consecuencias en Estados
Unidos por los Founding Fathers, a través de la Constitución de 1789 y el Bill
of Rights de 1791. Y fue en función de la aplicación de esos principios que
surgió la libertad y la creación de riqueza por primera vez en la historia.
Como bien reconoce William Bernstein en su The Birth Of Plenty, hasta hace unos
doscientos años el mundo viví como vivía Jesucristo.
Otro hecho importante a tener en cuenta es la confusión reinante respecto
a la Revolución Francesa. Como bien dice Peter Drucker: Tan difundida y tan
falaz como la creencia de que la ilustración engendró la libertad del siglo XIX
es la creencia de que la Revolución Americana se basó en los mismos principios
que la Revolución Francesa y que fue efectivamente su precursora. Y voy a
insistir en el tema diciendo que el iluminismo es el oscurantismo de la razón
que determinara el totalitarismo con la Revolución Francesa.
Los principios en que se basara la Revolución Francesa estaban
enmarcados en el pensamiento de Rousseau con la pretensión de crear un hombre
nuevo, y dar un poder absoluto en nombre del “Will to Power” que supuestamente
era el poder del pueblo. Y ello se llevó a cabo por Robespierre, Marat y Danton
de la mano de la Diosa Razón. Y en l creación de un hombre nuevo se mataron
miles y así en su vía al patíbulo Madame Rolland dijo: “Libertad cuantos
crímenes se cometen en tu nombre.
Otro aspecto equívoco es el confundir la filosofía política
angloamericana con la Franco- Germánica. De la primera surgieron las ideas de
la libertad en tanto que de la segunda se baso el totalitarismo que fuera la
racionalización del despotismo. Tal como dijera Aynn Rand: “La filosofía
política angloamericana y la franco-germánica son tan distintas como el día y
la noche. Así se ignora que si hubiese sido por los europeos seríamos nazis o
comunistas. Y me voy a permitir volver a citar a Farançois Revel: “Son los
europeos, que yo sepa, los que hicieron del siglo XX el más negro de la historia
en las esferas política y moral se entiende. Ellos provocaron loados
cataclismos e una amplitud sin precedentes que fueron las dos guerras
mundiales; ellos fueron los que inventaron y realizaron los dos regímenes más
criminales jamás infligidos a la especie humana”.
Otro error histórico y conceptual es determinar en la historia argentina
un enfrentamiento filosófico y político entre Alberdi y Sarmiento. Nada más
falaz que esa pretensión. Tanto Alberdi como Sarmiento habían tomado conciencia
de las diferencias filosóficas y políticas entre Estados Unidos y Europa. Así
dijo Alberdi: “Mi convicción es que sin la Inglaterra y los Estados Unidos la
libertad desaparecería en este siglo”, Y Sarmiento: “Solo la Inglaterra y los
Estados Unidos tienen instituciones fundamentales que ofrecer como modelo al
mundo del futuro”. Y en función de esa convicción se aprobó con la intervención
fundamental de Urquiza la Constitución de 1853-60 que permitió que Argentina a
principios del siglo XX estuviera entre los países más ricos del mundo.
Pero asimismo Alberdi y Sarmiento habían
tomado conciencia de las diferencias entre la filosofía angloamericana y la
franco europea. Así Alberdi en carta a Sarmiento escribió: “Sepa Ud. señor
Sarmiento que existe una barbarie letrada mucho más peligrosa que la barbarie
de todos los salvajes de América”. Y al respecto Sarmiento escribió: “Vengo de
recorrer Europa, de admirar sus monumentos, de postergarme ante su ciencia,
asombrado de los prodigios de sus artes, pero he visto sus millones de
campesinos, proletarios y artesanos, viles, degradados, indignos de ser
contados entre los hombres”. Y no olvidemos que la ausencia de Alberdi no era
producto de un enfrentamiento con Sarmiento que ya le felicitado por la
brillantez de su constitución, sino por cierto enfrentamiento político con
Buenos Aires. En ese sentido debemos recordar que fue gracias a Urquiza que se
reunió la república y existe la Argentina, tal como lo mostró cuando apoyó a
Sarmiento en la guerra de la Triple Alianza, lo que le costó la vida.
Otra confusión pendiente es la aseveración de que Perón se basó en el
liberalismo. Ella implica desconocer al liberalismo y asi como ignorar que la
política de Perón basada en el nacionalismo católico, trajo al fascismo a la
Argentina y destruyó hasta nuestros días el sistema liberal que la había
llevado por las cimas de la historia. El fascismo surgió del pensamiento de
Lenín que al darse cuenta del fracaso del comunismo escribió la Nueva Economía
Política donde sostuvo la necesidad de pactar con los capitalistas que eran los
que sabían hacer las cosas. Por ello las principales empresas alemanas poyaron
a Hitler. Y el fascismo lo desarrolló Mussolini en Italia.
Y pasando entonces al Papa, creer en un historicismo sustentado por Dios
es otra falacia que en última instancia dejaría a Dios mal parado frente a un
mundo que por siglos se moría de hambre. El Papa en una tendencia demagógica
que es la supuesta preocupación por los pobres en tanto se descalifica al
sistema que cambió la historia del mundo. Pero al respecto le pediría leyera la
Rerum Novarum de León XIII y la Centesimus Anno de Juan Pablo I y no a Pío XI.
Y diría más que recuerde el mandato cristiano de dar al Cesar lo que es del
Cesar y a Dios lo que es de Dios. Mi reino no es de este mundo. O sea, separe
la religión de la política en cumplimiento con la constitución nacional
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
Dejanos tu email y recibí novedades y todo lo que te podemos ofrecer!