¿Y si CFK decide bajarse y ungir a Lavagna para unificar al peronismo? (Tarea para Durán Barba)
Humberto Bonanata

Director de Notiar. Premio a la Libertad 2012, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



El renunciamiento del Evita tras su cruel enfermedad en 1952 sería la consigna sensiblera para que CFK decidiera bajarse de su candidatura presidencial, colocar a toda su gente (especialmente a sus hijos) para protegerla con los fueros parlamentarios y brindara un mensaje de “unidad peronista” frente a la “derecha liberal” de Cambiemos.
 
Las visitas obligadas de la ex Presidente de la Nación a los Tribunales Orales de Comodoro Py portarían un mensaje de “magnicidio judicial” frente a la persecución política tras la longa manu de la justicia, siempre oficialista.
Poca respuesta les quedaría a Miguel Pichetto, Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey para continuar manteniendo sus candidaturas y la imagen de CFK enmarcada en una falaz persecución política lograría personificar la figura de Roberto Lavagna en el “Churchill argentino”.
El peronismo tiene casi asegurado el triunfo en diez de las quince elecciones anticipadas a las presidenciales.
María Eugenia Vidal deberá acompañar con su empeñosa diaria tarea de gobernar la provincia de Buenos Aires la alicaída imagen presidencial. Horacio Rodríguez Larreta hará lo propio en “la ciudad de todos los argentinos” de la que puede lucir fuertes progresos que colocan a Buenos Aires entre las ciudades más bellas y modernas del planeta.
Cristina Fernández de Kirchner deberá empeñar sus esfuerzos en 2019 en no resultar condenada en los variados juicios que se le avecinan junto a sus hijos.
A no dudarlo que Máximo Kirchner será candidato a reelegir su banca por la provincia de Buenos Aires y la joven Florencia –por quien peligra su futura libertad ambulatoria- candidata a diputada nacional por Santa Cruz.
Diría Guillermo Francella en su célebre frase: “lo primero es la familia”. (Sic)
Resulta difícil discernir la ingenuidad política de los cerebros de “Cambiemos”. Salvo que cuente con el as de espadas para “matar como en el truco” son muy distantes de la percepción de la crisis social que ha empobrecido los bolsillos de la clase media tras la “tormenta” de 2018.
Los valores macroeconómicos del comienzo de 2019 resultan favorables, pero nadie puede asegurar cuándo se producirá el “efecto derrame” hacia los asalariados que vieron diluir sus ingresos en sólo un año en el orden del 15%.
Con algunas reticencias políticas la economía argentina cada día se transparenta hacia la dolarización o al bimonetarismo que facilitará transparentar la diaria actividad transaccional de los ciudadanos de a pie que en todo relacionan sus transacciones con la moneda estadounidense.
Esa sería una de las primeras medidas a implementar en un segundo mandato de Mauricio Macri.
Pero volvamos a la inocencia de “Cambiemos” para evitar que se convierta en el “tercer gobierno radical” como le gusta denostar al “Turco Asís”.
Dentro de sectores ultraminoritarios de la Unión Cívica Radical pretenden impulsar la candidatura de Martín Lousteau para competir en las P.A.S.O. presidenciales con el mismísimo Mauricio Macri con la pretensión de posicionar en cargos relevantes a dirigentes díscolos que no se sienten representados con la “cerrazón amarilla” del PRO en la alianza gobernante.
Si bien los asisten los derechos electorales la decisión de “blanquear” la desunión interna frente a un electorado que no quiere retornar al pasado pero que se encuentra golpeado por los 38 meses de gobierno del “mejor equipo de los últimos 50 años” (Macri dixit) no conjuga con la necesidad política de afianzar un proceso de cambio inédito que tuvo como último protagonista al señero Marcelo Torcuato de Alvear (1922-1928) al entregar el mandato a su vencimiento a Hipólito Yrigoyen.
Si tomamos los últimos 35 años de la adolescente democracia argentina podremos encontrar que ningún gobierno no peronista logró terminar su mandato como lo hará Macri y que la inestabilidad institucional y los golpes palaciegos como el de Duhalde contra De la Rúa fueron el barómetro de nuestro decrecimiento como Nación.
Domingo Cavallo suele decir en su blog que no se puede hablar de economía sin conocer de historia económica y todos nosotros juntos podremos recordarles a los “cerebros electorales” de Cambiemos que deberán entender que en 2019 no jugamos una elección presidencial sino algo mucho más sagrado como lo es el futuro de nuestros hijos.
Argentina vuelve a ser la variante de la democracia liberal de la región junto con Chile.
Es de esperar que no perdamos la oportunidad como en 2015.
 

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