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Aun cuando el año está terminando, el sector agropecuario representado por la Comisión de Enlace está en plena elaboración de una nueva etapa. Este cambio de actitud se plasmó en el documento presentado durante la semana pasada, en el que los técnicos de AACREA y de las entidades expusieron sus razones para considerar a nuestro país como uno de los mayores bancos de alimentos del mundo.

El estudio fue presentado en una conferencia de prensa de la que participaron personalidades de la industria y dirigentes de la oposición como Mauricio Macri, Hermes Binner y Julio Cobos.

“El futuro del agro está lleno de oportunidades y no hay ninguna visión ni pública ni privada, ni externa ni interna que piense que el agro no tiene estas oportunidades. Las estimaciones son de aumento de producción en todos los rubros. Si hoy producimos alimentos para 11 Argentinas en 7 años podríamos hacerlo para 15 o 18, depende de la tasa de crecimiento”, explicó luego de la presentación Ricardo Negri (h), responsable de investigación y desarrollo de CREA. 

En líneas generales, el informe es más que optimista, como lo resumió Luis Miguel Etchevehere (SRA) en diálogo con Magdalena Ruíz Guiñazú. “La Argentina rápidamente con condiciones normales de producción puede pasar de 100 millones de toneladas de granos a 160 millones de aquí al 2020 (…) Puede alcanzar cifras impresionantes que hablan de la potencialidad que tiene el campo”. 

Sin embargo, en las declaraciones de los expertos abundan las expresiones hipotéticas. Y no porque el informe no esté bien fundamentado, sino porque la capacidad de despegue del sector depende exclusivamente de la voluntad política. Cuando esto no sucede, ocurren situaciones como la que está atravesando la leche (entre otras producciones), cuya recuperación es más lenta en oposición a su rápido declive.

En efecto, aunque en noviembre el precio de la leche de tambo mantuvo su ritmo de recuperación, el contexto inflacionario y la crítica posición financiera de los tamberos redujo sus consecuencias positivas. De acuerdo a un estudio reciente del sector lácteo, “El consumo interno acompaña al sector, le permite trabajar sin stocks relevantes y tiene para varios meses de demanda sostenida. Es decir, hay condiciones objetivas para que el precio de la leche se siga recuperando más allá de las circunstanciales necesidades de las empresas o de las inefables intervenciones del gobierno, que se esmera por ir detrás de los efectos antes que por las causas de la inflación”.

También el informe de la CEEA se refiere a la actuación errada del gobierno. Según Negri, “El sector -que es el responsable del 60% de las exportaciones y del 45% de la recaudación tributaria nacional- crecía a tasas constantes, pero en los últimos años se ha estancado”.

Hoy está claro que lo que crece son las arcas del Estado, que se llenan con los impuestos rurales y las retenciones. Incluso la crisis del campo beneficia en este sentido al gobierno, ya que cultivos como el maíz dan pérdida, por lo que los productores no hacen la rotación necesaria y van directamente a la soja, que aporta el mayor porcentaje en derechos de exportación.

En este contexto, el sector vuelve a apostar y convoca al gobierno para que aporte políticas sustentables a largo plazo y que permitan que el panorama deje de ser hipotético para concretarse en una realidad beneficiosa para todos.