La educación pública: robo, adoctrinamiento y deshumanización
Exequiel Santiago Pérez López

Tesista de Lic. en Administración (UNSE). Tesorero de Biblioteca Popular Club de Maestros. Miembro de la Fundación Federalismo y Libertad.




     En Argentina, país en el que actualmente vivo, hay ciertos privilegios que han calado hondo en el imaginario popular como inexorables compromisos del estado para con la población que habita su territorio. Derecho a la educación, la salud, la vivienda y por qué no hablar del derecho a los frutos del trabajo pero no a su ejercicio, entre otros.
 
     La educación pública es financiada por el estado entre otras cosas para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Esta es un privilegio puesto que no importa una facultad que no vulnere derechos reconocidos a terceros. Básicamente esto es así porque el estado no puede tener recursos con que financiarla sino expoliando a los ciudadanos. Siempre termina siendo un impuesto a los ciudadanos, antes o después según revista la forma de impuesto propiamente dicho, inflación o deuda. Como su propio nombre lo indica el impuesto es una imposición, ya que no se pregunta a cada ciudadano su voluntad antes de tomar de manera coactiva sus riquezas, sea esta mucha o poca indiferentemente. Haciendo abuso del poder que les dota la constitución, que originalmente fue diseñado para proteger al individuo, los políticos sancionan leyes y le pretenden dar legitimidad a un acto que voluntariamente más de uno no dudaría en rechazar. El código penal acompaña hoy a la maquina estatal desde este punto de vista[1], tal vez no se note tanto porque desde un criterio económico serían demasiado costoso recaudar los múltiples impuestos que existen hoy en Argentina, quedando así los individuos sometidos a la apetencia y discrecionalidad del yugo.  Pero ¿es justo que quien posee el monopolio de la fuerza este autorizado  a reglar el juego y obligar a jugarlo a quien se encuentra en un pie de desigualdad dada la exorbitancia del “bienestar general” sin tener en cuenta el interés de los obligados? ¿Es correcto aceptar a priori que el estado conoce mejor que el individuo lo que este es y desea? ¿Lo que le conviene o no?

     Dejar que unos pocos decidan sobre que se debe aprender, cuando y como no pareceria sensato, mucho menos si la idoneidad técnica y moral no los acompañan. Mucho menos si el fanatismo o la subordinación a un partido, ideología o persona se hacen presente. Inconveniente seria pues permitir que seguidores cegados y/o inescrupulosos estén frente a las personas que quieren estudiar o determinen los planes de estudio. Sería un campo virgen donde desplegar de manera más evidente o más disimulada su bombardeo ideológico[2]. Más lamentable es cuando son menores de edad como sucedió en la provincia Bariloche, Argentina[3]. ¿Cuál sería la acción a seguir por parte de ese pupilo que no lo percibe como tal a un adoctrinamiento deliberado? ¿O que no concuerda o no desea incorporar ese contenido? ¿O no le gustan las formas? ¿Denunciar al maestro? ¿Denunciar que el plan de estudio no responde a sus intereses o motivaciones? ¿Abandonar la escuela e hipotecar su futuro? ¿Estamos listos como sociedad para aceptar otras formas de aprendizaje?
 
     La educación según Benegas Lynch (h) (1985, p.1) es:
 
     La educación consiste en todo el aprendizaje que lleva a cabo el individuo a través de su vida. Este proceso educativo permite realizar aquellas potencialidades que, en definitiva, selecciona el individuo. "Sentirse realizado" significa, precisamente, que, entre todas sus potencialidades el individuo desarrolla aquellas que considera las más acordes con su personalidad.
 
Es decir que cuanto más personalizado mejores resultados tendrá el proceso educativo. Lamentablemente dado el alto costo de la educación personalizada, que gracias a las TICs va disminuyendo, la escala toma preponderancia. Esto favorece a la estandarización de contenidos, políticas, formación de los mismos profesores y en última instancia del alumno. “En la medida en que se trate al individuo como un "ser promedio normal" no sólo Se está contrariando la naturaleza de la especie humana sino que se está reprimiendo la Creatividad individual” (Benegas Lynch (h), 1985, p.1). Se lo estará deshumanizando.
 
     Lo que intenta este artículo es mostrar algunos de los vicios que encarna la educación estatal cualquiera sea el nivel del que se hable. Se debe reconocer que la educación pública no es gratis, que representa un privilegio al que las personas de menores ingresos no terminan accediendo siendo estos los que más la necesitan para poder lograr movilidad social ascendente y salir de su situación de precariedad. Los que pueden pagar una universidad privada pagan dos veces, una con impuestos otra con aranceles de la propia universidad. Reduce la capacidad de decisión del individuo y/o tutores. No responde a los deseos y motivaciones de una persona dada la imposibilidad de que un político pueda conocer lo que piensa o siente cada persona en constate formación. Están presentes los riesgos de adoctrinamiento que trae aparejada la formación si se empapa de ideologías y fanatismo.

Mientras no se comprenda la espontaneidad del proceso educativo nos seguiremos alejando de la educación de calidad así como de ayudar a las personas en su realización personal.
 
     Por una educación más libre.




[1]Código Penal de la Nación Argentina, articulo 164. Recuperado el 07/01/20, de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-19999/16546/texact.htm#20
[2]Cómo eran los cuadernos que repartía el gobierno de Juan Domingo Perón. Recuperado el 07/01/20, de https://www.lanacion.com.ar/politica/como-eran-los-cuadernos-que-repartia-el-gobierno-de-juan-domingo-peron-nid1826172
[3] Una maestra se grabó cantando en contra de Macri con sus alumnos. Recuperado el 07/01/20, de https://www.lanacion.com.ar/politica/una-maestra-se-grabo-cantando-consignas-antimacristas-nid2275101
 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]