En marzo de 2013
publiqué en este mismo espacio una nota titulada al igual que la presente;
introduciendo el concepto de Educard; el cual continué desarrollando a lo largo
de los años en otras tres columnas publicadas en Ámbito Financiero.
Hoy, frente al
anuncio por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de su programa:
“Ayuda Cuota Escolar” y el anuncio, días atrás, por parte del gobierno
nacional, del “Programa de Asistencia Vouchers Educativos”, resulta de utilidad
revisitarlo, dado que Educard constituiría un instrumento superador para llevar
a cabo dos programas que muestran al Estado presente cuando las familias más
los necesitan; familias que enfrentan hoy tiempos muy difíciles, de los cuales
no son responsables sino víctimas inocentes de un vergonzoso pasado que se
intenta comenzar a revertir.
Centremos nuestra
atención en el recientemente lanzado Programa de Ayuda Cuota Escolar de CABA.
Una diferencia de este beneficio con el subsidio que ya está entregando el
gobierno nacional consiste en que la Ciudad girará el dinero a las escuelas, no
a las familias. Como lo señala Mercedes Miguel, ministra de Educación de la
Ciudad: “De esta manera se garantiza que el dinero vaya efectivamente a las
escuelas y no se use para otras cosas”.
Educard, una
simple tarjeta física o virtual, con un único importe mensual acreditado, el
cual únicamente podría ser utilizado, en este caso, para abonar parte de la
cuota en el colegio respectivo, cumpliría con el mismo objetivo, a diferencia
del Programa de Asistencia Vouchers Educativos, en el cual se deposita el
importe en una cuenta con el CBU del beneficiario, pero tendría una
característica distintiva.
Educard marcaría
un cambio de paradigma en la educación argentina pues por primera vez se
generaría un instrumento adecuado para financiar la demanda de servicios
educativos, a las familias, en lugar de a su oferta, las escuelas. Si bien el
mismo hoy sería de utilidad para enfrentar la difícil coyuntura, en un futuro,
y sujeto a las restricciones impuestas por las legislaciones respectivas,
tendría la flexibilidad necesaria para convertirse en el instrumento que
permitiese que parte del presupuesto educativo siga a los alumnos y que aún las
familias más humildes tengan la oportunidad de elegir la educación que habrían
de recibir sus hijos.
Años atrás,
durante la presidencia de Mauricio Macri, se habló de una revolución educativa,
la cual en los hechos nunca se concretó. Hoy es claro que el gobierno de Javier
Milei tiene la voluntad de llevarla a cabo. Educard sería un instrumento
adecuado para facilitar dicho fin.
Publicado en Ámbito Financiero.