Silvina Batakis: entre la inconstitucionalidad y el desmanejo de la teoría económica
Julian Larrivey
Participante del Programa de Jóvenes Investigadores y Comunicadores Sociales de Fundación Atlas. Estudiante de Derecho, UNR.
El Derecho y la Economía
son dos caras de una misma moneda. Es imposible entender alguna de estas dos
ciencias sin conocer, al menos, aspectos básicos de la otra.
Para entender Economía es
necesario entender y manejar conceptos como el derecho de propiedad, las
relaciones obligacionales que comprenden relaciones jurídicas crediticias, los
derechos reales, y otras ramas no menos importantes del Derecho Privado, pero
siempre bajo la órbita del Derecho Constitucional, desde el enfoque en que
denominamos Bloque de Constitucionalidad a ese conjunto de normas fundamentales
que emanan del texto constitucional, en un sentido de legalidad, razonabilidad
e igualdad.
La recientemente asumida
Ministra de Economía, Silvina Batakis, se encuentra ante una situación
compleja, tanto desde el punto de vista político como económico. Si bien para
el oficialismo estamos ante un notable crecimiento económico (que en verdad no
es otra cosa que una recuperación cíclica), la ministra se enfrenta a desafíos
como el acuerdo con el FMI, la constante pérdida de valor adquisitivo de la
moneda, y el déficit fiscal. En definitiva, los problemas que Argentina no
puede o no sabe resolver desde hace mucho tiempo: la deuda, la inflación y el
gasto.
La serie de medidas
presentadas, al parecer, no han llevado tranquilidad a los mercados, cosa que
se ha visto reflejada en la disparada del precio del dólar. Esto sin dudas se
ha producido porque ante la incertidumbre y la poca credibilidad que genera el
gobierno y, más aún, el anuncio de políticas económicas heterodoxas que
implican más participación del Estado en la actividad económica, sumados a un
nuevo incumplimiento con el acuerdo al FMI, ningún alivio fiscal para los
contribuyentes y un Estado increíblemente ineficiente e irresponsable con
respecto al gasto que, al parecer no sabe cómo financiarse, la gente
inevitablemente intenta encontrar algo de tranquilidad en el dólar.
La situación de crisis
política en la que la Vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner intenta
hacer su jugada desligándose inteligentemente de toda responsabilidad y dejando
al Presidente Alberto Fernández como la cara visible del inminente fracaso de
un gobierno que nunca tuvo rumbo, es el principal problema, más allá del
económico, que enfrentamos los argentinos.
Ciertamente la guerra ha
repercutido en estas latitudes, puesto que en un mundo globalizado es
inevitable, pero la incertidumbre política generada por el malestar y la división
interna del gobierno, son los principales aspectos causales de la inestabilidad
que, además, muestran a un Presidente sin cintura política capaz de sobrepasar
con creces esta situación.
Un giro a la ortodoxia, es
decir, un ajuste de shock con mayor disciplina fiscal, reducción del gasto,
liberación del tipo de cambio, y baja tributaria, en principio sería regresivo.
Sumado a la poca credibilidad del oficialismo solo habría lugar para dos
escenarios posibles: el primero, significaría (quizás) la definitiva sepultura
política del Frente de Todos (cada vez menos de “Todos” si es que alguna vez
fue de alguien); el segundo, el resurgimiento de la Vicepresidente con
intenciones presidenciales de cara a 2023. A mi juicio, el desenlace de estos
escenarios tan hipotéticos como posibles, dependerá solo de la cuestión
circunstancial del tiempo: es decir, de cuan temprano o tarde, las cosas
sucedan.
Por otra parte, además del
erróneo manejo de la Teoría Económica por parte del gobierno, cuyas medidas
tendrán un triste desenlace, hay un notorio desmanejo de la cuestión jurídica.
En materia constitucional, se pueden apreciar varios comentarios que significan
una inconstitucionalidad, dentro de sus declaraciones.
Cuando la Ministra dice:
“el derecho a viajar colisiona con la generación de puestos de trabajo”, ignora
el artículo 14 de la Constitución Nacional, que defiende la libertad de
tránsito, el artículo 16 que defiende la igualdad, y el artículo 17 que
defiende el derecho de propiedad. No hay en este caso lugar para lo que se
denomina ponderación, puesto que no tenemos dos derechos enfrentados como dice
la Ministra, ya que el turismo no significa la no creación de puestos de
trabajo. Es decir, el análisis es erróneo, pues una cosa no es consecuencia de
la otra, y todos los derechos de las personas deben ser respetados.
Cuando se manifiesta que
se les dará prioridad a determinadas personas para la compra de dólares por
sobre otras, también caemos en una arbitrariedad inconstitucional, que viola el
principio de igualdad mencionado antes.
Cuando se aplican medidas
que restringen la compra de determinados productos, a los que se les gravan
impuestos, caemos en una violación del derecho de propiedad, que intenta
justificarse con las causas de utilidad pública ciertamente inexistentes.
Más allá de todas las
interpretaciones posibles, que pueden dar lugar a arduos debates, lo cierto es
que mientras seguimos discutiendo cosas básicas que el mundo ya ha resuelto, la
cantidad de pobres e indigentes sigue aumentando. Y los políticos, como la
expresidente de la Nación, cobran jubilaciones de millones de pesos, mientras
sus propios votantes son víctimas del sistema que esos mismos políticos han
ideado. Mientras millones de niños pasan hambre, el sector político sigue
jugando al poder, discutiendo por cuál de todos los gobiernos ha sido el
responsable de la situación actual, sin tomar el protagonismo y la
responsabilidad que deberían.
En definitiva, gran parte
del sector político, debe dejar de lado sus ambiciones personales, y responder
como lo que supuestamente son: funcionarios al servicio del pueblo. Para esto
se requiere dejar de lado algunas discusiones ideológicas, y comenzar a pensar
soluciones técnicas. Siempre con la Constitución sobre la mesa.
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
Dejanos tu email y recibí novedades y todo lo que te podemos ofrecer!