Dios y la Moral Objetiva

Eitán Benoliel
“Si
Dios no existe, todo está permitido”.
Fiódor
Dostoyevski.
“Si queréis pobladores morales, no
fomentéis el ateísmo”.
Juan
B. Alberdi. Bases y Puntos de Partida.
La
existencia de Dios afecta directamente la forma en que vemos la moral. Como
Dostoyevski dijo: “sin Dios, todo está permitido”. A primera vista, esta frase
puede parecer bastante exagerada. ¿Todo está permitido? ¿No puede haber una
moral universal sin un creador todopoderoso?
Vayamos
al ejemplo más extremo de todos: el del asesinato.
¿Es el
asesinato un acto malvado? ¿Es incorrecto? Piense
la respuesta antes de seguir leyendo. Ahora dígame, ¿por qué? ¿Cómo lo
sabe?
Estoy
seguro, querido lector, que usted piensa que matar está mal, pero dígame ¿cómo
lo sabe?
Si le
pregunto el radio del planeta tierra, la distancia a la luna, o la densidad del
mercurio, usted me va a ofrecer datos objetivos. Fotografías, mediciones, y
demás datos empíricos. ¿Pero qué mediciones, fotos, datos empíricos usted me
podría proveer para probar que el asesinato, el robo, o una violación sexual
están mal? Bueno, la realidad es que no puede demostrarlo. (Ojo, no pregunto
por qué es ilegal, porque ahí podría citar la ley, sino por qué es malo).
Existen
los hechos científicos, pero sin Dios, no hay hechos morales. En un mundo
secular sólo puede haber opiniones personales sobre la moral. Pueden ser
opiniones de una persona, o de toda la sociedad, o de la mayoría de la
sociedad, pero siguen siendo opiniones. Incluso los filósofos ateos reconocen
que sin la existencia de Dios, no puede existir la moral objetiva.
El Relativismo
Moral sostiene que no hay estándares objetivos de lo correcto e
incorrecto como existencias independientes y separadas de la humanidad. La
creación de principios morales surge desde dentro de la persona, y no existen
como realidades objetivas. Cada persona es la fuente y el definidor de su propio
código ético subjetivo, y cada uno tiene igual poder y autoridad para definir
la moral en la forma en que él o ella lo consideren.
El
relativismo moral está íntimamente relacionado con el relativismo cultural
que afirma que todas las culturas son igualmente válidas, y que no se debe
juzgar culturas distintas a partir del propio sistema de creencias (occidental-cristiano
en nuestro caso). Cada cultura debe ser
estudiada o interpretada desde sus propios valores, prácticas, y hábitos (por
ejemplo: la discriminación de las mujeres, la ablación del clítoris,
la pena de muerte como forma de castigo, la violación,
sacrificios humanos, pederastia, esclavitud, etc.).
Las
consecuencias del Relativismo Moral tienen un gran alcance. Dado que todas las
cuestiones morales son subjetivas, lo correcto e incorrecto es reducido a
cuestiones de opinión y gusto personal. Sin un patrón objetivo de moral que se mantenga
independiente de las opiniones y gustos personales, una persona puede hacer
cualquier cosa que le guste calificándola de “buena”. ¿Por qué uno debería
privarse de disfrutar del adulterio, robo, o actos considerados “de crueldad”,
si toda la moral es una mera opinión subjetiva?
¿Tener
relaciones sexuales con una nena de 12 años está mal objetivamente sólo porque
a usted no le gusta?
Quizás
el asesinato haga sentir al asesino serial con vitalidad y felicidad. Un
relativista moral puede decir que no le gusta el asesinato, pero no
puede decir que el asesinato es malo, ya que eso no lo vuelve incorrecto,
sino simplemente como algo que le disgusta. Al ser subjetivos los valores del
bien y del mal no se puede afirmar que cierta práctica realizada por otra
persona es objetivamente “mala”.
El
caníbal tiene derecho a disfrutar de sus preferencias personales, incluso si a
la mayoría le resulta una práctica inusual y repugnante. La popularidad y el
consenso general no determinan la moral absoluta. Simplemente lo vuelven lo
común, como una moda.
Sin
Dios, la frase “asesinar está mal”, es lo mismo que decir “no me gusta el
asesinato”.
El relativismo se contradice a sí
mismo. Lógicamente, debe existir algún estándar con el cual comparar dos
afirmaciones morales diferentes para determinar cuál es la
"correcta". Obviamente, los relativistas morales niegan la existencia
de tal estándar, y por ello alegan que tales comparaciones son imposibles. Esto
ocasiona el problema práctico más grande del relativismo: es difícil, si no
imposible, condenar cualquier acción desde una posición de relativismo moral.
“Pero
el asesino está quitándole la vida a otro”, por lo que se podría decir que está
mal porque se daña a un tercero, sin necesidad de involucrar a Dios. ¿Nadie
mataría porque nadie quiere ser asesinado? Hitler, Stalin, y Mao no querían ser
asesinados, pero eso no los contuvo de asesinar a cien millones de civiles
inocentes. No es coincidencia que el rechazo por parte de estos regímenes
totalitarios (nazismo y comunismo) hacia los valores judeo-cristianos es lo que
llevó al asesinato de toda esa gente inocente.
Los valores
judeo-cristianos están construidos sobre un Dios de la moral objetiva.
En otras palabras, sólo si tenemos un ser superior, el creador del universo,
que nos dice que asesinar está mal, realmente está mal. Caso contrario, no
puede haber moral objetiva.
No es
coincidencia que la abolición de la esclavitud (una institución que ha existido
en absolutamente todas las sociedades de la historia) fue llevada a cabo por
las sociedades occidentales basadas en los valores judeocristianos, y que fueron
también las primeras sociedades en universalizar los derechos humanos,
emancipar a las mujeres, y proclamar los valores de la libertad.
¿Quiere
decir esto que una persona que no cree en Dios es una mala persona?
Por
supuesto que no. Hay muchas personas que no creen en Dios y practican el bien,
y hay muchas personas que creen en Dios y practican el mal. Incluso se cometieron
enormes crímenes en nombre de dios. La existencia de Dios no asegura que la
gente va a hacer el bien. Me encantaría que así fuera. La existencia de Dios
sólo asegura que el bien y el mal existen objetivamente y que no son meras
opiniones. Que provienen de un ser superior, y no de los hombres. Que
tienen su origen en nada menos que en el creador del universo, quien ha establecido
claramente qué está bien y qué está mal.
“Aquellos
que niegan la existencia de Dios no deben ser tolerados en absoluto. Promesas,
acuerdos, y juramentos, los cuales son los lazos de la sociedad humana, no
pueden sostenerse en un ateo. El alejamiento de Dios, incluso en el
pensamiento, disuelve todo”.
John
Locke. Carta sobre la Tolerancia.
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