Un proyecto liberal

Elena Valero Narváez
Historiadora, analista política y periodista. Autora de “El Crepúsculo
Argentino. Lumiere, 2006. Miembro de Número de la Academia Argentina de Historia.
Existe un proyecto integral
de orientación de políticas públicas que permite deshacerse del pasado
estatista e iniciar un camino basado en las ideas liberales libre de la
servidumbre a las que nos conduce el socialismo en todas sus variantes, como
nos enseñaron Hayek, Mises, Popper, entre otros campeones de la libertad. Es
fruto del trabajo conjunto de tres instituciones latinoamericanas, el Centro de Liberalismo Clásico, la Academia Cristiana de
Ciencias Políticas y el Foro Liberal de América Latina, con un equipo de
políticos, intelectuales y expertos latinoamericanos en diferentes
disciplinas, inspirados en el libro “Las Leyes Malas” (Guatemala, 2009) del
profesor Alberto Mansueti, abogado y politólogo argentino. Consideran convencer
a la sociedad para que se encolumne detrás de políticas de estado liberales
generando el consenso necesario para que se puedan implementar.. La idea
es que no sean políticas de emergencia, sino que permitan perdurar y
progresar en todos los órdenes.
En nuestro país, como en varios de
América Latina, los gobiernos aspiraron a controlar “monopoliticamente” los
mercados, cerrando el camino a la competencia. Este grupo de intelectuales promueven, además de mejorar el sistema político democrático, afianzar el
sistema capitalista, el cual, desde su aparición a mitad del siglo XIX, va
mas allá del mercado urbano o el estado-nación, marcha hacia donde encuentra
condiciones favorables para su desarrollo. Intentan convencer de crear un contexto adecuado para
ampliar los mercados y tornarlos imparables con ventajas comparativas para
exportar capitales, conocimientos y
servicios, llegar, de este modo, al
mercado internacional, que en la actualidad cubre todo el planeta.
Veamos un escueto resumen del proyecto: se basa en los tres pilares
capitalistas: gobierno
limitado; mercado libre y propiedad privada.
Proponen cinco reformas que tiendan al avance de las
libertades individuales y al fortalecimiento de la sociedad civil, debilitando las reglamentaciones que
paralizan las inversiones, contratos, intercambios, precios y deterioran el
valor del dinero. Se dirigen a derribar los mercados cautivos por los
gobiernos, impuestos draconianos,
intervenciones arbitrarias y prebendas políticas.
El plan que realizaron combate el monopolio
económico, ideacional y de enseñanza y la monopolización política desde donde
los gobiernos se zambullen a la estatización total, “todo dentro del estado,
nada fuera de él” - como quería Benito Mussolini- si no hay fuerzas sociales que se le opongan.
La primer reforma, la más importante, consiste en poner al Estado en su
lugar, limitándolo a cumplir solo con sus funciones especificas de defensa,
seguridad, y administración de justicia, recortando los excesivos poderes y
facultades impropias, que hoy ejerce, otorgando más libertad y poder al
ciudadano.
La idea central del Foro Liberal de América Latina es acabar con la sobredosis de estado, con sus
intromisiones en el sector agropecuario,
la industria, el trabajo, el comercio,
las inversiones, la moneda, la banca, el medio ambiente, la educación, las
jubilaciones y pensiones, entre otras
tantas áreas, que no son de su
competencia. Consideran que el mejor recurso para solucionar
la crisis presente es generar
más confianza en la libertad individual que en la omnipotencia del Estado.
Los gobiernos han aspirado a controlar los
mercados, cerrando el camino a la
competencia, con medidas dirigistas enemigas del capitalismo. Persistir en el
modelo aceleraría la decadencia llevándonos a una situación de muy difícil
salida.
No dejan de lado reforzar el sistema de partidos
o sea el marco institucional de los emprendimientos políticos, pilar importante
de la democracia, por el cual, la lucha por el poder se realiza de forma
pacífica. Requiere, que se quite de
encima de los partidos la mano opresora
de los gobiernos para que puedan cumplir con su función esencial de auscultar
los reclamos de la opinión pública, sintetizándolos en propuestas políticas que
compitan libremente en el mercado del voto.
La segunda reforma consiste en
afianzar el sistema capitalista,
liberando los mercados, derogando
todas las leyes que crean monopolios del estado, protegidos por prebendas y dadivas, los
cuales obstruyen el funcionamiento de la oferta y la demanda, la producción y la
productividad. Es parte del proyecto en marcha, promover
privatizaciones, la expansión de las
empresas, los negocios y el empleo, aumentando los ingresos reales de la gente
y el crédito basado en el ahorro.
El control de cambios, de
precios, y del comercio exterior, como también,
las compras del gobierno, son una fuente inagotable de corrupción, por
lo cual se prevé que los mercados
estén libres de violencia y fraude,
tarea de la policía y de los
tribunales encargados de evitarlo. Remarcan como esencial la seguridad jurídica para que se respete la normatividad de los
contratos a corto, mediano y largo plazo.
Esta reforma se dirige a fortalecer y extender la propiedad privada
para reforzar la sociedad civil, fuente de poderes espontáneos no ligados al
estado, los cuales actúan como límite a los poderes del gobierno y vigorizan,
además, los derechos de las personas y de la sociedad en su conjunto. Es desde
ese ámbito donde se reclama justicia y
reglas que eviten las arbitrariedades de los gobernantes.
En los regímenes totalitarios lo
primero que se suprime es la propiedad privada y, consecuentemente, se estrangula la sociedad
civil, es así como desaparece el estado de derecho y la justicia se convierte
en un juguete que hace lo que desea el gobierno.
La libertad está ligada a a la consolidación jurídica de la propiedad
privada, ella vigila y controla al
Gobierno, por eso se le da en el proyecto tanta importancia a la libertad para
el usufructo de la propiedad, por supuesto, dentro de principios y leyes que
respeten la integridad y el derecho de los otros.
La tercer reforma se concretaría con
tres “reformas sociales: de educación,
salud y previsión social. Por el
lado de la oferta creen que se debería empoderar a los productores, maestros y
educadores, personal médico y de salud, como así también, a los
proveedores de planes de retiro y seguridad social entregándoles, en
propiedad, las entidades educativas, médicas y previsionales, que hoy son del Estado, con sus instalaciones y
equipos.
Por
el lado de la demanda este proyecto ayudaría a los consumidores y usuarios que
hoy carecen de los recursos para pagar por los servicios, a saber: estudiantes
y alumnos, enfermos, incapacitados y accidentados, jubilados, pensionados y
trabajadores, en edad de retiro o
próximos a cumplirla. Se haría mediante
la entrega de bonos o cupones para pagar en los institutos de su
elección, reembolsables en dinero a las entidades que hayan escogido. En las
tres reformas sociales, los bonos serían para la transición hacia el
capitalismo liberal maduro, compensando mientras tanto a los más necesitados.
Entienden que el proyecto
debe ser global porque tiene el propósito de acabar con las Ideas que dominan
en universidades, Iglesia, prensa,
también con las leyes obstructivas que generan enorme burocracia e
impiden crecimiento y desarrollo; a las que denominan “apartheid criollo” pues privilegian a sectores en desmedro de otros.
Quieren revalorizar los pilares de la democracia y acabar con las leyes de
contenido marxista que atacan la vida y la familia, también a la
industria, debilitando el capitalismo en sus bases y fundamentos y originando corrupción estructural a partir de
la invasión de aéreas privadas por el estado.
En resumen, el plan de orientación de las políticas
públicas de transformación, que formulan, se dirige a deshacer los males
provocados por los nacionalismos populares en América Latina: una propiedad
privada endeble, donde los monopolios estatales dominan y actúan en beneficio
de los equipos políticos que gobiernan y de su burocracia, una economía controlada en gran parte, y una
justicia corrupta que permite que el gobierno haga lo que quiera ante una
democracia oprimida.
Si bien creen que las ideas
se encarnan en las personas, piensan que para tener éxito es necesario
anteponer un proyecto pues es lo que
falta. Desde allí, creen que surgirán
quienes podrán, en un futuro, llevar adelante un cambio de sistema dando
soluciones a los problemas reales. Piensan que aparecerán políticos decentes,
veraces, comprometidos con sus ideas como así también, empresarios jueces,
periodistas que lo nutran de consenso sin el cual ningún proyecto político tiene futuro.
Creo que merece la pena hacer
conocer este intento de atraer a los argentinos con un proyecto global para
emprender el camino de la libertad.
El socialismo que tanta prensa tiene en
América Latina ha fracasado en todos los países donde se implementó. No pudo ni
comprender ni solucionar procesos elementales de la vida social y económica,
por ello se autodestruyó en la URSS y en todos los países que se aplicó, luego
de tremendas hambrunas, muertes y terrorismo de estado. El sistema capitalista
vive de la reinversión constante; las mas maravillosas innovaciones técnicas
fueron posible , no por los totalitarismos que liquidaron la economía de
mercado, sino por el capitalismo el cual
permitió, a la vez, elevar los niveles
de vida de los sectores bajos de la población. Posibilita más libertad, más
pluralismo y más creatividad. El socialismo real vive de la regimentación y el
estancamiento, para saberlo basta con hacer comparaciones históricas.
.Bienvenidos a nuestro país
gente que se suma a otras instituciones liberales como Atlas 1853 y Libertad y
Progreso para trabajar por un país mejor. Argentina tiene una Constitución
liberal que bien puede enmarcar todas las leyes necesarias para un cambio del
tipo que plantean.
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