El control de precios, llave maestra del Intervencionismo…
Elena Valero Narváez
Historiadora, analista política y periodista. Autora de “El Crepúsculo
Argentino. Lumiere, 2006. Miembro de Número de la Academia Argentina de Historia.
Bien
claro lo dijo Juan Bautista Alberdi y tiene plena vigencia en la actualidad:
tanto el intervencionismo como el socialismo son contrarios a la doctrina
económica liberal, el legislador y el hombre de Estado deben estudiar y seguir
los principios en que se basa la Constitución de 1853, ensayar
otros sistemas es ir hacia el
desorden y la anarquía. Cuando el Estado excluye a los particulares abandona el
derecho privado y lleva al país a la
pobreza y a la arbitrariedad.
La crisis económica de la Argentina no está en
el mercado como asegura Axel Kicillof y los
Fernández, sino en el Gobierno y su pretensión de dirigir la economía, es por eso que termina aumentando el gasto, el déficit fiscal y la masa monetaria, generando al enemigo tan temido, la inflación.
La
política intervencionista del Gobierno ha provocado el alza de los precios, por
su decisión y coerción se mantienen, en relación al costo, debajo de
su nivel natural. La obstrucción al
Mercado se hace manifiesta en la escasez de bienes por la peligrosa caída de la producción.
El Gobierno
se equivoca: dice pretender proteger al consumidor, pero lo arruina, salvaguardar la producción y
la destruye, cree que interviniendo en
los precios del mercado lo ordena y en
vez, produce anarquía, carencias y atraso. Pretende, tal vez con buenas intenciones, que los consumidores puedan acceder a los
bienes a precios accesibles pero produce escasez y suba de precios, lo contrario
a lo que desea obtener, la oferta se contrae.
El
rumbo que nos impone el Presidente, no
solo desmejora el nivel de vida sino también su imagen, es muy probable que la sociedad se lo
haga notar en las elecciones del 14 de
noviembre. Si se continúa con tantas
regulaciones obligando a los empresarios a producir con sujeción a los precios, salarios e impuestos, al final aniquilará al Mercado. Al desequilibrar artificialmente la oferta y la demanda, se va camino a la
economía planificada y a la perdida de las libertades que procura asegurar la
Constitución. Con medidas dirigistas se
violan las leyes naturales del proceso
económico- tan inexorables como las leyes físicas- para luego tratar de reprimir de forma coercitiva
sus ineludibles efectos, los cuales, estamos sufriendo en carne propia.
Pensando
en el futuro, preocupó, hace unos días, Horacio Larreta, considerado como uno de los presidenciables. Se declaró admirador de Rogelio Frigerio y del Desarrollismo que él inspiró, lo cual indicaría el deseo de dirigir
la inversión desde el Estado, sustituyendo al Mercado en la asignación de
recursos. Sería grave, como todos sabemos se ha ensayado en diferentes gobiernos: trabas a las
importaciones, promoción industrial,
proteccionismo y otras políticas que
costaron al Estado enormes sumas sin buenos resultados. Ni el Desarrollismo ,
ni el Estatismo que pone bajo la administración del Estado a las empresas y a
las principales actividades económicas, ni el Intervencionismo, que regula con controles de todo tipo la
economía, han dado resultado en el
pasado. Disminuyen la eficiencia y
sobredimensionan el Estado, por lo tanto crean gasto público, déficit fiscal e
inflación y, lo que es peor, no soportan
la República, atraen la dictadura.
¿No es
hora de que los políticos, ante tantos
fracasos, perciban que mejorar el nivel de vida de los argentinos no
depende del Estado ni de su política social sino de las ideas que promueven el
desarrollo del Capitalismo? La riqueza, o sea el mejor nivel de vida, se debe a la mayor producción y productividad
del sistema capitalista, no es consecuencia de los controles, la historia hace siglos que lo demuestra, basta comparar Argentina actual con los países
más desarrollados. El nivel de vida depende de que haya mayor cantidad de
bienes, es producto de las ganancias empresariales que permiten una
de las bases del capitalismo: acumulación de capitales y reinversión constante.
Por lo tanto, la única receta que podría
ser exitosa y aumentar la torta es eliminar las trabas al mercado, para que
aumente la producción y la
productividad.
Nada
más opuesto a la dinámica de nuestro país que un gobierno desconcertado. La
gente está preocupada ante un futuro que no se presenta claro. El
ansia de poder está debajo de la ideología que sustenta el Gobierno, para ello
nos quiere hacer creer que la libertad
es una condena, en vez de un imperativo
para que la vida tenga sentido. Sus
ideas antiliberales hacen imposible un
cambio de rumbo, por lo cual se presume
que seguirán emitiendo moneda y
aumentando el déficit para lidiar, entre otras cosas, con el peso de las empresas que estatizaron, la necesidad de aumentar a los jubilados, y cumplir con
las peticiones de las provincias,
las cuales no se podrán abandonar so pena de “rebelión en la granja”.
Un plan
de estabilización brilla por su ausencia, serán difíciles las negociaciones con
el FMI. Se suma, la desinteligencia entre sectores del Gobierno,
la más grave la del Presidente con la Vice, que genera aun mayor incertidumbre.
Sin
duda, no será posible solucionar una crisis de semejante proporción, sin trascendentes medidas de fondo. Será imprescindible iniciar
lo antes posible una profunda transformación, reemplazando el sistema
anticapitalista actual, por el que
propicia la Constitución, un sistema de orientación liberal. Es lo único
que a pesar de las dificultades que representa podrá cambiar la vida de los argentinos para bien. Se debe comprender
el cambio que debe abarcar la reforma del sistema impositivo, liberar el
mercado del trabajo, volver a la actividad privada las empresas estatizadas,
una firme reducción del gasto público, suprimir impuestos distorsivos, para
impulsar las exportaciones e importaciones ,dos caras de la misma moneda. También,
examinar y ver qué hacer con el sistema
monetario y financiero, y tantas otras cosas. Tal vez la crisis que
inevitablemente se profundizará ayude a un cambio virtuoso como ayudó al
presidente Menem la de 1989..
No
creo que las reformas las inicie este Gobierno, el resultado de una visión
autoritaria y dirigista del proceso económico, de rechazo a una economía de
mercado, seguirá provocando mayor confusión y atraso. Aunque tuvieran un plan correcto fracasaría
porque el ordenamiento de la economía no puede llevarse a cabo sin una elevada
dosis de confianza que cambie las expectativas y prepare a la gente para
realizar un sacrificio en pos de un futuro mejor. No se arregla con solo alguna
modificación de lo que están haciendo hasta ahora, es indispensable un cambio
de rumbo, soluciones correctas y
definitivas o el país seguirá a los tumbos. Se está transfiriendo la debacle
para después de las elecciones, llegara
tarde o temprano, se nos viene encima, se profundizara con consecuencias impredecible
en el orden político, social e institucional si no se aplican las soluciones de base. Argentina
no da más, debe comenzar lo antes posible a batallar en serio contra el déficit fiscal, reducir el Estado en
lugar del nivel de vida de la gente, la evasión impositiva es la rebeldía de la
población ante su ineficiencia. Hay que
volver a la economía de mercado porque es un orden multiplicador capaz de
abastecer y hacer progresar a toda la sociedad, único sistema que distribuye eficazmente y es
compatible con la libertad.
El control
de precios –ya está llegando a los laboratorios- una de las principales medidas
anti mercado no se compadece en absoluto con la libertad económica que no es otra cosa que la defensa de los consumidores, de los
industriales y de la comunidad en general. Cuando se abandonan los principios
de la economía de mercado para obtener beneficios sectoriales, cualquier medida de apertura suena a preocupación
por la pérdida de privilegios.
Los argentinos, deberíamos preguntarnos, antes de ir a votar en noviembre y en el 2023, cuál es el sistema económico que deseamos: el
que privilegia el estatismo y es presa
de los intereses sectoriales o uno de libre competencia e iniciativa privada
donde es el consumidor y no el burócrata el que decide. Si no reacciona la
gente volveremos a caer en el mismo pozo con la posibilidad de un fatal
desenlace, crisis terminal para las estructuras sociales, políticas y jurídicas
respetuosas de los derechos individuales y
los principios republicanos.
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
Dejanos tu email y recibí novedades y todo lo que te podemos ofrecer!